Eslovaquia, se clasifica como tercera de grupo y se medirá en octavos ante Inglaterra: Rumanía se verá las caras con Países Bajos

Los jugadores de Eslovaquia celebran el gol ante Rumanía.
Los jugadores de Eslovaquia celebran el gol ante Rumanía.
EFE
Los jugadores de Eslovaquia celebran el gol ante Rumanía.

Eslovaquia hace historia al clasificarse por primera vez en su historia a los octavos de final de una Eurocopa. El conjunto eslovaco empató con Rumanía (1-1) en la última jornada de la fase de grupos y se mete en la siguiente ronda como tercera del grupo E, empatada con cuatro puntos con Rumanía y Bélgica, las otras dos selecciones clasificadas.

En el Commerzbank-Arena de Frankfurt había pronóstico de paz aunque lo más seguro para avanzar a los cruces era la victoria. Con todo, confiando en que Bélgica no fallase ante Ucrania en el otro partido, 0-0 al final, el empate también valía, con los cuatro equipos en cuatro puntos y Rumanía en 'primera'.

El conjunto eslovaco avanzó como tercera, jugando algo más con fuego en un segundo tiempo más conservador, aunque tuvo dos zarpazos que bien pudieron darle el triunfo, en medio del diluvio que irrumpió durante 10 minutos del segundo tiempo.

El famoso 'biscotto' de una última jornada de fase de grupos estaba en todas las previas de este partido, pero el inicio valiente de ambos cambió el guion por momento. Un ida y vuelta, aunque la ocasiones se hicieron esperar, donde un gol, igualmente en el otro partido, podía cambiar todo.

A balón parado, sobre el minuto 20, Eslovaquia tuvo la primera buena ocasión, pero el balón se paseó por delante de la meta rival sin que Skriniar ni Hancko remataran por poco. En la siguiente, un centro medido al corazón del área lo remató a placer Duda para el 1-0 eslovaco. La respuesta de Rumanía fue con Ratiu y con un Hagi que forzó un penalti que tuvo que revisar el VAR.

De primeras el árbitro lo señaló fuera del área, pero finalmente fue una pena máxima que convirtió Razvan Marin (1-1). En la reanudación, el partido siguió con ese ida y vuelta, aunque más de fachada, porque los eslovacos empezaron a guardar la ropa. El empate era bueno y la derrota era letal, con lo que valía la pena no enfadar al rival y conseguir el objetivo de estar en octavos.

Con todo, hubo un intercambio de golpes sobre la hora de encuentro, con Marin y Dragus rozando el gol para Rumanía. La lluvia empezó a caer con mucha fuerza y Eslovaquia rozó también el segundo con Strelec y Haraslin. A partir de ahí, el pacto de no agresión se hizo más palpable y el empate permitió a ambas superar la fase de grupos de una Euro por segunda vez en su historia.

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