Así fueron los Juegos Olímpicos de Seúl 1988: el ascenso y caída de Ben Johnson y el batacazo de EE UU ante la URSS en baloncesto
- El atleta canadiense ganó un oro estratosférico en los 100 metros lisos pero fue descalificado por dopaje.
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Por segunda vez en la historia, el continente asiático albergaba unos Juegos Olímpicos, siendo Seúl la ciudad elegida para acoger este magno evento deportivo en 1988. A pesar del boicot de Corea del Norte, secundado por Cuba, Etiopía, Nicaragua y las Islas Seychelles, la cita olímpica contó con la participación de cerca de 9.000 deportistas provenientes de 159 comités olímpicos de todo el mundo.
La edición de Seúl 1988 supuso la incorporación de varios deportes al programa olímpico, como el taekwondo, el béisbol o el tenis de mesa. Además, después de 60 años de ausencia, el tenis reapareció en los Juegos, contando por primera vez con la participación de jugadores profesionales. Este hecho marcó un hito en la historia del olimpismo, ya que hasta entonces solo los deportistas amateur podían competir en los Juegos.
La delegación española acudió a Seúl con la Infanta Doña Cristina como abanderada, en un gesto que simbolizaba el apoyo de la Casa Real al deporte español. Los atletas españoles lograron un total de cuatro medallas en estos Juegos. En vela, José Luis Doreste se alzó con el oro en la clase Finn, mientras que en tenis, la pareja formada por Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal se colgó la plata en la modalidad de dobles. Las otras dos preseas, ambas de bronce, fueron para Sergi López en 200 metros braza y Jorge Guardiola en tiro al plato en la modalidad de skeet.
El escándalo del dopaje
Sin embargo, los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 pasarán a la historia por el sonado caso de dopaje protagonizado por el atleta canadiense Ben Johnson. Johnson había centrado todas las miradas en la final de los 100 metros lisos, donde logró el triunfo con un tiempo de 9,79 segundos, batiendo el récord mundial de la distancia. No obstante, poco después se conoció que había dado positivo por anabolizantes en el control antidopaje posterior a la carrera.
En un primer momento, se especuló con la posibilidad de un sabotaje en las pruebas, pero finalmente el propio Johnson reconoció haber consumido sustancias prohibidas. Como consecuencia, el atleta canadiense fue desposeído de su medalla de oro y de su récord, además de ser suspendido por dos años. A pesar de prometer que volvería a las pistas, Johnson nunca llegó a recuperar el nivel que le había llevado a ser conocido como "Big Ben" durante su efímero reinado en Seúl.
La sorpresa en baloncesto
Otra de las grandes sorpresas de estos Juegos se produjo en el torneo de baloncesto, donde el equipo de Estados Unidos cayó derrotado en semifinales por primera vez en su historia, a excepción de su ausencia en Moscú 1980 debido al boicot. Los estadounidenses fueron eliminados por la URSS de Arvydas Sabonis, que a la postre se proclamaría campeona olímpica. Este resultado supuso un punto de inflexión en el baloncesto mundial, ya que hasta entonces el dominio de Estados Unidos había sido incontestable.
Héroes olímpicos en Seúl
Más allá de las polémicas, los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 dejaron momentos para el recuerdo protagonizados por grandes deportistas. El atleta estadounidense Carl Lewis revalidó sus títulos de 100 y 200 metros lisos, además de formar parte del equipo que batió el récord mundial de 4x100 metros. En natación, el alemán oriental Kristin Otto se convirtió en la primera mujer en ganar seis medallas de oro en unos mismos Juegos, mientras que su compatriota Katrin Krabbe se impuso en los 100 y 200 metros lisos.
En gimnasia artística, la soviética Elena Shushunova se alzó con el oro en el concurso individual, mientras que en boxeo, el estadounidense Roy Jones Jr. sufrió una polémica derrota en la final del peso medio, en una decisión muy cuestionada por los expertos. En judo, el español Miriam Blasco hizo historia al convertirse en la primera mujer española en ganar una medalla de oro olímpica.
Legado de Seúl 1988
Los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 supusieron un importante impulso para el deporte en Corea del Sur, que vivió un notable desarrollo de sus infraestructuras y un aumento de la práctica deportiva entre su población. Además, el éxito organizativo de Seúl sentó las bases para que otras ciudades asiáticas, como Pekín o Tokio, optaran posteriormente a albergar los Juegos.
A nivel deportivo, Seúl 1988 destacó por el alto nivel de las competiciones y por la irrupción de nuevas estrellas que marcarían una época, como Carl Lewis, Florence Griffith-Joyner o Matt Biondi. Sin embargo, el caso de dopaje de Ben Johnson también puso de manifiesto la necesidad de reforzar la lucha contra las sustancias prohibidas en el deporte, una tarea que el movimiento olímpico ha tratado de afrontar en las décadas posteriores.
En definitiva, los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 dejaron un importante legado deportivo y cultural, consolidando el papel de Asia como un continente clave en el desarrollo del olimpismo. A pesar de las sombras del dopaje y las tensiones políticas, la cita de Seúl brilló con luz propia y escribió algunas de las páginas más destacadas de la historia olímpica.