La tensión se ha instalado en la relación diplomática entre Alemania y Turquía debido a la celebración del futbolista de la selección otomana Merih Demiral, que hizo un gesto propio de un grupo de ultraderecha tras marcar ante Austria: el Ministerio de Exteriores alemán ha citado este jueves al embajador turco, mientras que en Ankara se ha convocado una reunión con el embajador germano.

El Gobierno otomano consideró las declaraciones de la ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, que pidió que la UEFA estudiara posibles sanciones al jugador, un acto de xenofobia, por lo que llamó al embajador alemán en el Ministerio de Exteriores. Un día después, el Ministerio de Exteriores alemán citó al embajador turco. "Como anfitriones de la Eurocopa 2024 queremos que el deporte una. El embajador turco ha sido citado hoy", anunció el Ministerio germano en X.

Entre los críticos del gesto de Demiral destaca también el ministro Agricultura, Cem Özdemir, hijo de inmigrantes turcos, que a través de sus redes sociales señaló que "nada está oculto en ese gesto" y consideró que "su mensaje es ultraderechismo, terrorismo y fascismo" al mismo tiempo que subrayó que "la UEFA tiene que tomar medidas".

Demiral, que aseguró tras la polémica que su gesto sólo era una muestra de orgullo de ser turco y que detrás de él no había nada oculto, hizo el saludo del movimiento 'Ülkükü', conocido también como 'los lobos grises' y fundado en los años 60 del siglo pasado, y que en Alemania es considerado como de extrema derecha. En Turquía, está ligado al partido ultranacionalista MHP, aliado del AKP islamista y conservador del presidente Recep Tayyip Erdogan.

En la nación germana, donde hay una gran colonia turca, el movimiento tiene 18.500 miembros y es seguido por la Oficina Federal para la Protección del Constitución, aunque no ha sido prohibido.

La activista kurda Düzen Tekkal, por su parte, ha asegurado recibir desde hace años amenazas de muerte de parte de 'los lobos grises' y ha dicho que el gesto de Demiral es un insulto a las víctimas de ese movimiento.

Turquía juega el sábado en Berlín, donde hay una gran comunidad turca, su partido de cuartos de final contra Países Bajos. Según informaciones de prensa que no ha querido confirmar la embajada turca, Erdogan piensa viajar a Berlín para el partido como muestra de apoyo al equipo en medio del debate por el caso Demiral.