Como un aficionado más. Así vivió el príncipe Guillermo la clasificación de la selección inglesa a las semifinales de la Eurocopa tras unos sufridos cuartos de final ante Suiza, que cayó en una tanda de penaltis en la que Jordan Pickford se hizo gigante.
El heredero al trono británico estuvo presente en el palco del Merkur Spiel-Arena de Düsseldorf para apoyar a los Three Lions, subcampeones en la pasada edición del torneo continental, y sufrió como el que más durante un partido muy igualado en el que a Inglaterra le costó mucho generar peligro.
La peor parte llegó con el gol de Embolo en el minuto 74, que dejaba fuera de la Euro al combinado inglés a un cuarto de hora del pitido final. Pero Inglaterra no estaba dispuesta a darse por vencida: solo cinco minutos después, Saka puso las tablas en el marcador.
El tanto del delantero del Arsenal terminó por desatar las emociones del príncipe Guillermo, que se levantó de su asiento para celebrar con rabia —agitando el puño en el aire, con gesto eufórico, y aplaudiendo a los jugadores— que Inglaterra seguía con vida en la competición y tenía otra oportunidad de pasar a la siguiente ronda.
También durante la tanda de penaltis se vio el sufrimiento del príncipe de Gales, con el rostro entre las manos al mismo tiempo que se sucedían los lanzamientos. Solo con el gol de Trent Alexander-Arnold, que certificó el billete a semifinales, pudo, por fin, relajarse.
Con el pitido final, el heredero al trono bajó al túnel de vestuarios para felicitar a los suyos, y se le vio especialmente cariñoso con Saka, autor del gol del empate, al que abrazó en señal de orgullo. "Para morderse las uñas hasta el final. ¡Bien hecho Inglaterra! ¡Semifinales allá vamos! Creemos", escribió el príncipe Guillermo a través de sus redes sociales para celebrar de nuevo la victoria de la selección inglesa.
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