Dos asistencias y un gol. Esos fueron los números de James Rodríguez, que en esta Copa América está yendo de exhibición en exhibición, en el duelo ante Panamá (5-0) para meter a su Colombia en las semifinales de la Copa América, en las que se verá las caras con Uruguay.
El futbolista del São Paulo volvió a mostrar su mejor versión —volviendo a recordar a aquella que maravilló al mundo en el Mundial de Brasil hace justo una década— para liderar a su selección: al cuarto de hora de duelo ya había repartido un pase de gol y anotado. Y completó su recital con la asistencia del 3-0 antes del final de la primera parte para convertirse en el máximo asistente de la competición (cinco) y en el único jugador de la historia del torneo en participar en tres goles solo en los primeros 45 minutos.
El combinado panameño trabajó duro en el State Farm Stadium de Glendale en busca de las semifinales, pero no pudo escapar al 'huracán James', de categoría cinco. Ni los desmarques de José Fajardo, ni el buen criterio con el balón de Cristian Martínez pudieron con Colombia, oficialmente candidata al título.
Al equipo de Néstor Lorenzo se le puso de cara la eliminatoria en el primer cuarto de hora. El seleccionador panameño, Thomas Christiansen, ya había avisado en la previa: cuidado con el balón parado. Pero ni con esas. El exmadridista cobró un córner y Córdoba ganó la marca al otro Córdoba, de nombre José Ángel, para abrir la lata.
Verse tan rápido por debajo descolocó a los centroamericanos, que menos de 10 minutos después dejaron escapar a Jhon Arias hasta el área, donde fue derribado por Orlando Mosquera. Penalti y disparo fuerte de James. 2-0 abajo cuando solo habían pasado 15 minutos del pitido inicial. Hubo reacción tímida de Panamá, que levantó algo la cabeza guiado por Martínez.
Su mejor ocasión en el partido fue una falta cabeceada por Roderick Miller, de vuelta en el once, pero su remate se estrelló en el palo y se paseó por la línea de gol hasta Camilo Vargas, que lo sacó de milagro. La suerte también estuvo de lado de los colombianos.
Ese mínimo atisbo de esperanza se lo cargó la astucia de James. El centrocampista sacó muy rápido una falta en el centro del campo para un Luis Díaz que corrió al espaico. Se durmió Panamá y el delantero del Liverpool no perdonó: definición por alto ante la salida de Mosquera para dejar encarrilados los cuartos de final.
Christiansen decidió mover ficha en el descanso sacando del campo a un central y un carrilero, y metiendo a Carlos Harvey en el medio; y a un delantero: Eduardo Guerrero. Adiós a la línea de cinco defensas. De perdidos al río.
Pero no cambió nada aunque Colombia no fue tan incisiva. Panamá siguió mostrándose incapaz de hacer daño a una selección cafetera que, o no tiene fisuras, o las sabe esconder muy bien.
En el ecuador del segundo tiempo, Lorenzo empezó a pensar en las semifinales y dio descanso a Díaz, Arias y James. Antes de que el 10 saliera ovacionado, Ríos aprovechó una ley de la ventaja del árbitro, tras una falta a Daniel Muñoz, para sacarse un golpeo cruzado desde fuera del área imposible para Mosquera. Y aún cayó uno más: un penalti transformado por Borja en el descuento y provocado por la desesperación de Córdoba.
Panamá dijo adiós con la cabeza alta tras jugar unos cuartos por primera vez. Colombia sigue de dulce, invicta, y ya se prepara para unas 'semis' de alta tensión ante una Uruguay que aguantó el último cuarto de hora de partido con 10 hombres para eliminar a Brasil en los penaltis.
Comentarios