Este es el único deporte de origen español de los Juegos Olímpicos

  • A lo largo de su historia olímpica, la esgrima española solo ha obtenido una medalla olímpica de bronce, en Pekín.
Duelos. Competiciones de esgrima femenino en Pekín.
Duelos. Competiciones de esgrima femenino en Pekín.
Alessandro Bianchi / Reuters
Duelos. Competiciones de esgrima femenino en Pekín.

Los Juegos Olímpicos han recorrido un largo camino desde sus inicios en la antigua Grecia, cuando solo un puñado de deportes, como el atletismo y la lucha, formaban parte del programa. A lo largo de los siglos, la cita olímpica ha evolucionado, adaptándose a los tiempos y reflejando los cambios sociales y culturales. Se han incorporado nuevos deportes, mientras que otros, como la pelota vasca, el tira y afloja o el críquet, han sido eliminados.

Dentro del contexto de deportes singulares que forman parte de los Juegos Olímpicos, destaca la esgrima, que suele decirse que tiene sus raíces en la península ibérica, donde se desarrolló como una forma de entrenamiento militar y un símbolo de estatus social.

El mito de la esgrima como deporte olímpico español

La esgrima ha sido un deporte presente en la mayoría de las ediciones de los Juegos Olímpicos modernos. Sin embargo, su inclusión en este evento deportivo no se debe a una tradición española, como se ha popularizado.

De hecho, en los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, celebrados en Atenas en 1896, no hubo ningún participante español en esta disciplina. Habría que esperar hasta los Juegos de 1900 en París para ver a un único esgrimista español entre los 156 participantes, aunque este no tuvo un papel relevante, ya que lo hizo a título personal, pues el Comité Olímpico Español no se fundó hasta 1905.

A pesar de la participación española en la esgrima olímpica, las reglas del deporte se debatían principalmente entre las federaciones francesa e italiana, sin una participación significativa de las autoridades españolas. De hecho, un conflicto entre ambas naciones extranjeras llevó a la eliminación de la esgrima del programa olímpico en los Juegos de Londres de 1908.

Por otra parte, el origen de la esgrima moderna es objeto de disputa entre diversas naciones, como Inglaterra, Francia, Italia e incluso Alemania. Así, la presencia de la esgrima en los Juegos Olímpicos no puede considerarse un mérito exclusivamente español, al menos en sus orígenes.

Historia de la esgrima en España

La historia de la esgrima en España se remonta a la alta Edad Media, cuando los caballeros utilizaban la espada ropera como arma principal en los combates. Con el paso del tiempo, esta práctica bélica evolucionó hacia una disciplina marcial y un deporte competitivo. En el siglo XVI, España se consolidó como una de las potencias punteras en esgrima, contando con maestros reconocidos en toda Europa.

Prueba de ello son los primeros tratados de esgrima que se publicaron en España, entre los que destacan los escritos por Jaime Pons (Jaume Ponç) en 1472, el manual de Pedro de la Torre de 1473 y, especialmente, Filosofía de las armas y de su destreza, de Jerónimo Sánchez de Carranza publicado en 1582. Con la desaparición de los duelos a finales del siglo XIX, surgieron las reglas específicas para cada arma de la esgrima moderna.

En el presente, la esgrima olímpica se compone de tres disciplinas: florete, espada y sable, cada una de ellas con sus propias características y reglas. En París 2024, la esgrima española estará representada por Lucía Martín-Portugués en sable femenino y Carlos Llavador, medallista de plata en la Copa del Mundo de Atenas celebrada en marzo, tal como recoge la Federación Española de Esgrima.

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