La Vuelta afrontará este miércoles la contrarreloj de Peñafiel. Un carrusel de visitas, llamadas y mensajes no han dejado descansar a un Igor Antón que abandonó la Vuelta por culpa de una caída cuando lucía el jersey rojo de líder. "Estoy súper agradecido por todo este calor y este cariño", señala desde su domicilio el de Galdakao.

La entereza con la que el escalador se ha tomado su retirada forzosa encuentra una doble explicación. "Mi ciclocomputador – indica– graba cada momento y luego puedes ver las gráficas. En el instante de la caída pasa de 75 km/h a cero. ¿Mala suerte? Y también gracias. A esa velocidad, romperte el olécranon del cúbito es lo mínimo".

"Y más allá de esa pena que implicó el tortazo y el adiós –prosigue– me quedo con lo que he vivido, muy bonito e inolvidable". Días atrás, cuando se vistió de líder por primera vez en el Xorret de Catí, resumía en un sms su felicidad:?"¡Estoy disfrutando muchísimo!"

Fuera de carrera, a través de la televisión, sigue con la Vuelta. En la etapa de Cotobello, incluso, un equipo de la televisión autonómica vasca acudió a su domicilio y pudo hablar con Mikel Nieve a través de una emisora de radio: "Un ajetreo enorme. Las cosas no se han hecho mal", bromea.

Por la tele, tras el día de descanso, Antón asiste hoy la lucha por el rojo que sobre todo Purito Rodríguez, líder, y el italiano Vincenzo Nibali, segundo a 33 segundos, mantendrán en la plana crono de Peñafiel (46 km). "Si todo va bien puedo sacar 3 minutos", valora Nibali. "Tengo una oportunidad única para hacer podio", señala Ezequiel Mosquera, tercero, presionado por un Frank Schleck poco especialista contrarreloj.