Un gol en propia puerta de Joaquín da la victoria al Atlético y condena al Valladolid, con polémica arbitral incluida

Morata, en un partido con el Atlético de Madrid.
Morata, en un partido con el Atlético de Madrid.
EFE
Morata, en un partido con el Atlético de Madrid.

Un solitario gol en propia puerta de Joaquín le dio la victoria al Atlético de Madrid en el Metropolitano, en detrimento de un Real Valladolid que vuelve a complicarse la vida de cara al descenso.

Un partido no exento de polémica que vivió cierta tensión en los últimos compases. Una mano de Arias en área rojiblanca por la que el Valladolid reclamó penalti fue la protagonista. El colegiado, Melero López, tiró de VAR y acudió a ver él mismo las imágenes, pero tomó la decisión de no señalar el penalti, para desesperación de los vallisoletanos.

La jugada del gol, desafortunada, llegó tras un centro de Griezmann y el balón impacto en la cabeza de Joaquín que, tratando de despejar, acabó condenando a su equipo.

Una jugada polémica en la que el Valladolid reclamó falta sobre su jugador.

El equipo de Sergio lo intentó hasta el final, obligando a Oblak a ponerse el traje de faena y ser una vez más salvador del Atlético.

La victoria rojiblanca evita que el Barça sea campeón antes de jugar ante el Levante y complica al Valladolid, que se queda con 35 puntos, sólo uno por encima del descenso que marca el Girona, con un partido menos.

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