Lección defensiva o rácano fútbol. Ese será el debate resultante de lo vivido este martes en el Camp Nou, durante el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey entre el Barça y el Athletic, que se resolvió con un empate sin goles gracias al fantástico trabajo de 'trincheras' de un equipo bilbaíno que se jugará el pase a cuartos en San Mamés.

Hubo muro, sí. Así como también hay muchas formas de jugar al fútbol y múltiples paladares para digerirlas. Pero son muy pocas las que resultan contra el mejor equipo del mundo y, menos, en el campo más peligroso. 'Chapeau' por Caparrós, lo de hoy fue antológico, incluso sin conseguir más premio que el de no encajar.

Sin Llorente (lesionado) y con seis jugadores de corte defensivo (más Iraizoz), el Athletic saltó al césped blaugrana decidido a atrancar la apisonadora y su consecuente superioridad. Presión, ayuda a las bandas y contraataque, lo justo para incomodar a un equipo que sabe lo que es golear casi a diario (más en su feudo) y que resultó de inicio para frenar a Xavi y compañía.

Cierto es que los visitantes no crearon ocasiones sobre la meta de Pinto y que la defensa del Barça apenas tuvo que esforzarse algo más que si esto hubiera sido un choque de entrenamiento, pero la sensación de inquietud quedó y el equipo de Guardiola tardó cerca de 20 minutos en hacerse con el dominio absoluto.

Y lo hizo una vez más de la mano de Xavi, Iniesta y Pedro, con triangulaciones y paredes milimétricas, pero las ocasiones más claras sólo llegaban con disparos muy lejanos de Bojan e Iniesta, los dos del albaceteño superada la primera media hora (Iraizoz sólo intervino en uno de los tres que hubo).

Al Barça le costaba demasiado esfuerzo llegar hasta el área con la pelota controlada, sobre todo dada la cantidad de 'leones' que había siempre por detrás del balón, pero el control fue culé y, salvo la intermitencia y casi desaparición de Mascherano en el centro del campo, la máquina tenía más o menos amarrado el devenir del juego y el empate parecía un accidente.

La segunda parte trajo algo más de libertad y menos toque del Barça, pero la cosa no se desatascaba. Entonces Guardiola puso a calentar a Messi, el campo ovacionó ("Leo, Leo, Leo"...) y era cuestión de tiempo que empezara la revolución (entró por Keita).

Entonces Caparrós contraprogramó con Muniain por Igor Martínez, más frescura en la presión, y Pep no tuvo otra que apostar por Villa por un desafortunado Bojan, demostrando que la Copa no es trofeo menor y que San Mamés asusta.

Pero las decisiones no beneficiaban al juego del Barça, cuyo fútbol seguía chocándose una y otra vez con el muro humano rojiblanco, y ni Villa ni Messi ejercían de revulsivo ante una maraña peleona (Orbaiz entró por Iturraspe) que absorbía cualquier disparo desde la frontal.

Con todo y con eso, el Barça pudo hacer justicia al final, pero Piqué no supo rematar un pase medido de Messi al punto de penalti.

0 - Barcelona: Pinto; Alves, Piqué, Abidal, Maxwell, Mascherano (Mascherano, min.79), Xavi, Keita (Messi, min.54), Pedro, Bojan (Villa, min.63) e Iniesta.

0 - Athletic Club: Iraizoz; Iraola, San José, Ustariz, Koikili, Gurpegui, Susaeta, Iturraspe (Orbaiz, min.72), Javi Martínez, Gabilondo e Igor Martínez (Muniain, min.55).

Árbitro: Mateu Lahoz (Colegio valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Javi Martínez (min.33), Ustaritz (min.45), Gabilondo (min.53), Orbaiz (min.84) y Piqué (min.89).

Incidencias: Partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey disputado ante 45.207 espectadores.