Un deportista ciego quiere cruzar el Estrecho de Gibraltar en tabla de windsurf
- Xavier Mandicó tiene previsto el reto para 2011.
- Es osteópata y fisioterapeuta y se quedó ciego hace 20 años.
- "Lo más peligroso, encontrarme con ballenas y grandes buques".
"Cuando llegó, pensé que estaba loco o que me estaba tomando el pelo", recuerda Héctor García, responsable de la escuela Surf Center de Tarifa, donde Xavier Mandicó perfeccionó su técnica de windsurf.
Mandicó es osteópata y fisioterapeuta. Formó parte del equipo médico paralímpico y hace 20 años se quedó ciego. "Tenía predisposición genética, pero fue fundamental la exposición constante a la nieve cuando esquiaba. Se me quemaron los ojos", comenta.
Ahora practica windsurf en verano. ¿Cómo? "Soy como un barco teledirigido. Antes de entrar al agua, Héctor me detalla las condiciones del viento y de las olas. Y una vez dentro, se comunica conmigo por un sistema de radiotransmisores llamado Aquapac".
Xavier reconoce que lo más difícil es "llegar al agua": "Cuando navego, nadie sabe que soy ciego. Sólo se dan cuenta cuando salgo y piso las toallas de la gente. ¡Menos mal que tengo a Maka!", su perro guía, que en hawaiano significa "ojos".
A 80 km/h por el mar
Mandicó afirma que no tiene miedo: "El miedo está en la calle, en el incivismo de la gente y de los coches. En 2006 hice la travesía Barcelona-La Escala y cogí velocidades de 80 km/h. La zódiac que iba de apoyo no podía ni seguirme. Además, casi me he ahogado tres veces y otra me quedé un buen rato agarrado a una boya".
Para 2011 se ha planteado un nuevo reto: "Cruzar el Estrecho. Quiero navegar esos 16 kilómetros entre Europa y África. Lo más peligroso será encontrarse con ballenas, delfines y grandes buques".
Mandicó no sólo practica windsurf. También monta a caballo, esquía y hace stand up paddle, una nueva modalidad acuática. "Tengo un hijo de cuatro años (Albert) y me tiene que hacer de guía en todo", asegura con una sonrisa este catalán de 42 años.
Confianza en el guía
Xavier Mandicó reconoce que "no es fácil confiar en otra persona para que te guíe... y tampoco todo el mundo vale para guiar". Según él, "el guía debe tener un conocimiento elevado del deporte que practica y saber guiar. No es fácil dar instrucciones".