Fútbol

El Levante saca los colores a un Barça menor sin Messi

Murillo y Mayoral pugnan por un balón en el Levante-Barcelona de Copa del Rey.
EFE

El Levante ganó por 2-1 en la ida de octavos de la Copa del Rey a un Barcelona que notó demasiado la ausencia de sus referentes habituales. Sin Messi, Suárez, Piqué y compañía, los de Valverde mostraron su peor imagen, y los jóvenes tampoco estuvieron a la altura de lo esperado.

El equipo granota salió con mucha más concentración, como se vio nada más comenzar. El estreno de Murillo como titular en el centro de la zaga blaugrana (este jueves de amarillo fosforito) se zanjó con un gol en el minuto 3, cuando Cabaco se coló entre él y Chumi para cabecear un centro de Rochina de falta. El arranque de los locales fue fulgurante, ya que de obligaron a Cillessen a lucirse con dos grandes paradas, especialmente la segunda a disparo a bocajarro de Boateng. No habían pasado 15 minutos de partido, y el Barça sufría.

Y más que iba a sufrir el resto de la primera parte, ya que Cabaco dio un balón entre líneas para Borja Mayoral y este cruzó un gran disparo entre las piernas de Murillo en el único punto al que Cillessen no pudo llegar.

Con el 2-0 en el marcador, el Levante se vino arriba, mientras que el Barcelona echó de menos a su trío habitual arriba. La presencia de Dembélé, Coutinho y Malcom no fue suficiente para poner en peligro la portería de Aitor. No obstante, eran Boateng y Mayoral los que suponían una auténtica pesadilla para los centrales culés, hasta el punto de que ambos se fueron al vestuario en el descanso con amarilla.

El final de la primera parte quedó marcado por un incidente en el área, cuando Chema y Cillessen se tocaron, ambos fingieron una agresión y Busquets, que prácticamente no había intervenido, también se tiró al suelo fingiendo.

Al ver que la defensa hacía aguas, Valverde quitó al canterano Miranda y puso a Sergi Roberto, para intentar poner más galones y más seguridad en el lateral. No cambio mucho el guión del partido, no obstante. Chumi estaba totalmente superado, y Mayoral encontró una autopista ahí ante los balones al hueco que le iban metiendo, como el que le mandó Rochina para el que fue su cuarto disparo a puerta que obligó a Cillessen a tirarse con reflejos.

La entrada de Lenglet por Chumi confirmó que los jóvenes defensas no aprobaron el examen para Valverde, pero su rectificación también dejó señalado a los más veteranos, como un Coutinho que falló todo o un Dembélé que desapareció.

Con el Barcelona herido, Paco López no dudó en meter más pólvora, y Morales respondió con un disparo a bocajarro en el primer balón que tocaba que sacó Cillessen como pudo. La respuesta de Valverde fue sacar del campo a Malcom, que reaparecía tras lesión, y meter a un Denis Suárez con el que apenas cuenta y que llevaba dos partidos sin disputar ni un minuto.

Una carrera de Dembélé, que se ahogó de balón, a 20 minutos del final confirmó que la idea era basarse en contraataques para intentar salvar el partido, pero el Barcelona no encontró un referente: esta vez no estaba Messi y eso se notó. De hecho, abrir espacios permitió que atacantes como Mayoral encontrasen más libertad para pensar y en el 80' Mayoral tuvo una ocasión clara que sacó Murillo, de lo poco destacable que hizo en el encuentro.

Coke derribó a Denis Suárez (que se erigió en el líder inesperado) en el área, y Coutinho no dudó en pedirse el disparo desde los once metros. No obstante, la pobre imagen mostrada hizo que ni lo celebrasen. El 2-1 les mantienen vivos, especialmente por la vuelta en casa, pero la imagen mostrada por los culés retrata los problemas que tiene el líder de Primera División.

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