El Barça sigue sin chispa… pero se reencuentra con la victoria ante el Valladolid

Leo Messi celebra su gol de penalti ante el Real Valladolid.
Leo Messi celebra su gol de penalti ante el Real Valladolid.
EFE
Leo Messi celebra su gol de penalti ante el Real Valladolid.

Tras los empates de las dos últimas jornadas de Liga, el FC Barcelona se reencontró ante el Real Valladolid con la victoria, aunque no con el buen juego. Los azulgranas están lejos de su mejor momento y del fútbol que les caracteriza a sólo unos días de visitar al Olympique Lyonnais en la Champions League.

Valverde dio descanso a Luis Suárez y apostó por Boateng como titular. También a Lenglet y Rakitic, con Vermaelen y Aleñá en su lugar. El arranque fue insulso, con el Valladolid bien colocado y el Barça algo perezoso, lento y sin soluciones colectivas en el centro del campo más allá del empeño de Aleñá.

Messi tardó casi veinte minutos en dejar el primer chispazo, una arrancada tras la que acabó conectando con Dembélé. Su remate taponado por un defensa fue lo más parecido a una ocasión de gol que se vio en los primeros cuarenta minutos, además de un remate anterior de Boateng.

Hacia el final de una primera parte plana, todo sucedió de golpe. Comenzó con un remate peligroso de Messi, que protagonizó acto seguido un error que pudo costar caro y, a la postre, no resultó tan mal: regaló el balón y el Valladolid montó un contragolpe que Nacho no pudo resolver peor. A esa contra le siguió otra hacia el otro área, donde Piqué fue derribado. Messi aprovechó el penalti para desatascar a su equipo justo antes del descanso.

Ocasiones en el segundo tiempo

La segunda parte comenzó más animada. El Valladolid, que había vivido muy cómodo con el 0-0, se estiró un poco y dio un susto por medio de Sergi Guardiola. Messi dispuso de dos ocasiones claras: un remate que Masip sacó con una parada soberbia y un remate fuera tras una gran jugada de Dembélé.

Con media hora por delante, Luis Suárez relevó a Boateng, que había desperdiciado poco antes un mano a mano ante Masip. El uruguayo también falló las suyas; la primera, tras un balón regalado por Verde en las proximidades de su propio área; la segunda, al intentar un desconcertante pase cuando todo el mundo esperaba un remate.

Con tantas ocasiones desperdiciadas, el Valladolid llegó vivo a los últimos minutos, aunque sin capacidad para llegar al área de Ter Stegen. Messi pudo sentenciar a cinco del final, con otro penalti, pero esta vez atajó Masip, que había estado cerca de pararle el primero. El portero del Valladolid, formado en La Masia, dio un recital que explica que el marcador final fuera sólo de 1-0, pese al juego mejorable del Barça.

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