El Real Madrid logró su quinta victoria seguida tras vencer al Alavés por 3-0 (Benzema Vinícius, Mariano) en el Santiago Bernabéu. Los de Solari volvieronn a mostrar muy buena imagen sobre el terreno de juego y, desde el inicio del encuentro, buscaron la portería que defendía Pacheco.

Un tanto de Benzema, que recogió en el centro del área y buscó hueco para el chut, ante el que nada pudo hacer el portero alavesista, volvió a vestirse de héroe y abrió el marcador. El francés ya lleva 18 tantos esta temporada y se erige como el rey de la delantera blanca.

Aunque, eso sí, con permiso de Vinícius. La joven, y, sin embargo, ya estrella madridista comenzó de inicio formando un tridente inédito junto a Benezema y Bale y se mostró muy participativo en todo momento, especialmente en los momentos en los que jugó por la banza izquierda.

Cuando intercambió posición con Bale, se vio más encerrado y también cohibido por las subidas de Odriozola, más dado al ataque que Reguilón, que hoy fue el dueño del lateral izquierdo en detrimento de Marcelo.

Sin embargo, Vinícius logró su tanto, que buscó sin cesar pero sin pecar de individualista, cuando se encontraba en esa posición. El nuevo ídolo de la afición demostró galones pese a su juventud y tiene muchas papeletas para ser también titular en el Camp Nou.

Los de Abelardo apenas tuvieron opción en la primera parte, y el trivote formado por Pina, Wakaso y Burgui se vio superado por un Madrid que recuperó el toque y la fluidez en la medular, conectando a la perfección con el tridente de ataque. Mención especial merece Ceballos, que formó junto a Modric y Casemiro de inicio, y que lideró, con permiso de 'The Best', el juego madridista.

Un tridente, la 'BBV', en el que Bale pasó algo desapercibido, quizá sobre todo por la brillantez de sus dos compañeros arriba.

En la segunda parte Courtois tuvo que trabajar algo, ya que el Alavés, que fue, como siempre, sólido en defensa, mejoró sus acercamientos a la meta blanca, aunque sin fortuna.

Ya al filo de los 90, Mariano, que reaparecía tras lesión, marcó un golazo de plancha que ponía la guinda al pastel merengue, sólo tres días antes de medirse al Barcelona en el Camp Nou, en el partido de ida de las semifinales de Copa.