Con la vuelta de la Champions también ha regresado el Real Madrid de diciembre. Ese que angustiaba a sus aficionados jugando al trote y perdiendo balones sencillos. Se volvió a ver a un equipo indolente, sin garra y dónde sólo Benzema con su golazo, el novel e ilusionante Vinicius y el de siempre, Sergio Ramos, salvaron a los de Solari.
El Ajax, hasta el segundo tiempo, parecía el veterano y el campeón. El Real Madrid, después de haber sufrido, acabó sacando adelante el encuentro, y salvo desastre en el estadio Santiago Bernabéu la eliminatoria parece sentenciada, porque la ilusión y las ganas de los jóvenes del Ajax no fueron suficientes, ni probablemente lo serán en Chamartín.
Además del triunfo blanco, el encuentro ha dejado a Gareth Bale haciendo las maletas de salida porque ni atacó, ni defendió, ni estuvo, y de hecho, ni Solari le vio como para aguantarle hasta el final en unos octavos y con el partido en el filo. Muy significativa la carita del galés cuando fue sustituido: "hasta aquí he llegado", parecía decir.
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