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Jesús Calleja: "Mi aventura pendiente es ir al espacio"

Jesús Calleja disputará su tercer Dakar
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Jesús G. Calleja (León, 1965) es la aventura personificada. Escalador, buzo, showman y también piloto de rallies. Arranca este 2019 en Perú, que este año copará el 100% del raid más duro del mundo, un Dakar en el que el popular rostro televisivo quiere demostrar que por encima de todo es un deportista

Este será su tercer Dakar, pero no es la tercera vez que disputa un raid, ni mucho menos.

Qué va, he corrido varias Baja Aragón, he corrido en Abu Dhabi, en la Baja 1000 de California... No es fruto de la casualidad. El conocimiento va subiendo a medida que haces carreras, carreras y carreras. Ahora creo que tengo el punto donde ya puedo abordar el Dakar con garantías de la fiabilidad de este coche y domar a esta bestia. Esto sólo se consigue cuando ya tienes muchas horas y tiempo en el coche.

Habrá muchos que le critiquen porque dicen "mira, ahí va el de la tele". Quizá no saben su curriculum en los rallies.

Uff... y sobre todo dunas, que no está en mi curriculum. Hay infinidad de días que yo bajo a Marruecos a hacer dunas con mi amigo Jaume Aregall, que ha sido mi copiloto y que este año no puede correr en el Dakar por cuestiones familiares. Es un monstruo en las dunas y me ha enseñado todo lo que sé en este terreno. Por eso quería un buen coche este año, porque donde la gente tiene miedo, donde los Dakares se ganan o se pierden y todo se define, las dunas, es el territorio que más me gusta. Este año además son más radicales, más técnicos los tramos, más complejas que el año pasado y a mí eso es lo que me gusta. Me gusta verme en el terreno donde otros tienen más problemas. Las velocidades han cambiado también. Antes los Dakares eran más rápidos, y ahí hay gente muy buena también: Carlos Sainz, Loeb, Peterhansel... Son monstruos corriendo y no puedes acercarte, aunque tengas un buen coche. Sin embargo, las dunas se igualan un poco más.

Organizar este Dakar ha sido toda una aventura ya desde antes de que arrancara...

Es un poco una trampa. Como ellos han tenido este problema (varios países rechazaron albergar una etapa, lo que obligó a acortarlo), e incluso se llegó a hablar de cancelar, como no quieren que les digan que no ha salido bien, han hecho un Dakar muy duro. Es supertécnico. 70% de arena, el año pasado fue poco más del 30%... Han hecho un Dakar del que se va a hablar seguro, probablemente el más técnico de la historia. Tienen que conseguir que este Dakar sea una leyenda por otro ángulo, el de la dificultad.

Me va a decir que su objetivo es acabar el Dakar, pero contando con que lo logre, ¿cuál sería el objetivo en resultados?

Te voy a decir que es acabar (risas). Pero por coche y ptambién por experiencia, me gustaría estar en los 25-30 primeros. Llegar ahí es como estar en Primera. Poniendo un símil futbolístico, yo hasta ahora he estado en un equipo de un pueblo y ahora estoy con uno que puede ganar la Champions. Yo no lo ganaría, sería Nasser, pero si yo estoy en Primera sería fantástico.

Usted ha probado en circuitos, pero se siente más cómodo en los rallies. ¿Qué tienen las pruebas 'offroad' que enganchan a quienes las prueban?

En un circuito siempre ruedas en el mismo sitio, y peleas contra ti mismo para batir tu tiempo o el de tu contrincante. Yo empecé el primer rally porque quería conocer el desierto en profundidad. El desierto esconde maravillas brutales y no puedes conocerlas si no estás en una carrera como esta, en la que tienes una infraestructura que te permite salvar la vida: si me pierdo, estoy geolocalizado y hay un helicóptero que me rescataría. Luego cuando ya conocí el desierto, me enganché a la competición. El cambio de paisajes, de terrenos, el coche va deslizándose todo el rato y tienes que ir peleándote con él... Luego tienes tormentas de arena, niebla, lluvia... Es la aventura total. Tú te metes en un circuito, y es una hora y media y se acabó. Aquí son días y días cambiando de escenarios constantemente. Ahora ya no, pero en el primer Dakar yo me paraba para grabar y sacar fotos, en plena competición. Me primaba más la cara de lelo que se me quedaba. Luego pude hacer dos episodios de mi programa con el Dakar, porque me quedé a grabarlo.

Después del Dakar, de subir incontables montañas y viajar a los lugares más inhóspitos del planeta, ¿cuál es la aventura que le queda a Jesús Calleja?

Me gustaría que algún día pudiera existir la posibilidad de ir al espacio de una forma económica, como ya está proyectando Virgin y demás. De hecho, tengo una posible reserva para ir en un turismo espacial para ir y contar de primera mano, como lo hago yo, cómo es el espacio y la Tierra por fuera. Siempre dentro de la posibilidad de esa tecnología en la que se está trabajando y teniendo en cuenta que probablemente yo lo pueda vivir. Espero que económicamente encontremos la forma de poder financiar eso, que sería entre comillas 'low cost'. Es mi aventura pendiente.

Explíquele a uno de sus espectadores que le conocen de la tele qué tiene el Dakar.

Es una carrera superemocionante. Nunca sabes lo que va a pasar, porque hay tantas trampas -cientos a diario- que es casi imposible hacer predicciones. El año pasado: ¿quién se iba a imaginar que en los primeras etapas todos los buenos iban a caer? Esa es la magia que tiene la carrera. Los coches atorados en las dunas, donde no solo tienes que saber correr sino también sacarlo de la arena, o pasar la noche en el desierto, o volver a la competición tras dar varias vueltas de campana y reparar el coche... Es una carrera de autos locos, donde ocurren millones de cosas y no lo repite ninguna otra. Frente a la rutina que ofrecen otras carreras, aquí tienes una gran variedad continua. Como no se ha dado la importancia televisiva que se merece, solo se puede dar un resumen... Si tuviéramos un programa televisivo que la siguiera, todo el mundo se quedaría embelesado. En una hora de programa estarías alucinando de las cosas que pasan, aunque solo sea por ver tortazos (risas).

¿Qué le puede decir a un chico que quiere emularle, que quiere ser un aventurero?

Es una cuestión de actitud. Yo soy de un pueblo de León, donde las oportunidades no abundan, pero tenía muy claro qué vida quería tener. Me ha costado mucho, yo vengo de una familia sin muchos recursos. Mis padres son peluqueros y he tenido un montón de trabajos, y algunos no son los que he querido tener. Pero siempre he querido ser el mejor en mi trabajo. Tenía un fin claro, que era hacer lo que hago. Si lo tienes claro, saltas cualquier barrera. Por ejemplo, yo no tengo un cuerpo que me haya favorecido la práctica de algunos deportes que hago, pero hay que reinventarse. Si no puedo hacer X, me entreno para hacerlo. Si para escalar ochomiles no tengo el cuerpo de un alpinista, entreno el doble o el triple. Siempre supero las deficiencias usando la cabeza y la inteligencia. Cualquier cosa se puede hacer con un trabajo de principios, mental, de disciplina... Yo cuando ruedo fuera no rompo mi rutina de entrenamiento, y saben que en la escaleta yo tengo una hora en la que se para y luego se sigue rodando. Hay directores que alucinan, pero es mi vida. Antes que presentador de televisión soy deportista. Ya lo han entendido muchos, porque yo entreno y está por encima de muchas cosas. Es lo que me da la actitud, la motivación. Si ahora miras el Dakar y ves a los mayores de 50 años, quitando Carlos Sainz que es una bestia, no hay tantos. Y a fondo físico ninguno me tumba. Me puede dejar fuera un fallo o una avería, pero no la actitud, la motivación o la preparación. A los chavales les diría que todo depende de la actitud que le pongas a tu proyecto de vida, sea el que sea. Tienes que intentar ser el mejor, que lo consigas o no está por ver. La mediocridad te deja apartado y no avanzas.

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