Los perdedores y 'El rey'

  • Dallas quiere la revancha ante Miami, la franquicia que le apartó del título en 2006.
  • Nowitzki, Kidd, Marion, Terry... conforman una plantilla de grandes jugadores con un punto en común: o ganan este año o es muy posible que se retiren como perdedores.
  • Lebron James, apodado 'El elegido' o 'El rey',  lidera a los Heat para intentar ganar el anillo que necesitan su carrera... y su liga.
  • Hay otra curiosa historia de veteranos perdedores que buscan la gloria: la que protagonizan Bibby y Stojackovic.
  • MVP: la maldición de ser el mejor.
El jugador de los Heat de Miami LeBron James (i) presiona a Jason Terry, de los Mavericks de Dallas, durante el primer partido de las finales de la NBA.
El jugador de los Heat de Miami LeBron James (i) presiona a Jason Terry, de los Mavericks de Dallas, durante el primer partido de las finales de la NBA.
EFE
El jugador de los Heat de Miami LeBron James (i) presiona a Jason Terry, de los Mavericks de Dallas, durante el primer partido de las finales de la NBA.

Nadie contaba con una final entre Miami Heat y Dallas Mavericks en la NBA este año. El destino ha querido que se vuelvan a ver las caras dos equipos con cuentas pendientes, llenos ambos de historias individuales que hacen que la lucha por el anillo sea este año más atractiva que nunca.

'Win or go home' (gana o vete a casa) es el lema de los playoffs de la mejor liga de baloncesto del mundo. En estas finales bien podría ser 'Win or be a loser' (gana o sé un perdedor). Tanto en Dallas como en Miami hay jugadores que se juegan algo más que ganar un campeonato. Es este año o nunca.

En los Mavericks hay una herida que todavía escuece. Haber dejado escapar, precisamente ante Miami, el anillo de 2006. La estrella del equipo, el alemán Dirk Nowitzki, falló en aquella ocasión y desde entonces las dudas sobre él en los momentos de la verdad han sido constantes. Su calidad es indiscutible, de hecho es el único europeo que puede presumir de haber ganado el premio al mejor jugador de la temporada (fue MVP en 2007), pero motes como Dirk NoRingzki (jugando con su apellido y su incapacidad para ganar el anillo -ring-) o alusiones a los 'gatillazos' que sufre en momentos de la verdad se empezaban a leer en diferentes blogs y redes sociales a poco de empezar la final. Sus playoffs (incluyendo su portentosa actuación ante los Lakers) han sido para enmarcar, pero necesita este título para quitarse su vitola de perdedor. Puede que sea su última oportunidad para hacerlo.

Para Jason Kidd, base titular de Dallas, sí que lo será. A sus 38 años se ha encontrado con una nueva final. Fracasó hace una década con Los Nets y ahora en Dallas tiene su última oportunidad. Todo hace indicar que a Kidd no le quedan muchas balas en la recámara, de hecho nadie esperaba que después de 2004 fuese a llegar al nivel que está. En julio de ese año fue operado de una microrotura en la rodilla, lesión de la que ilustres 'perdedores' de la liga (Allan Houston, Penny Hardaway o Chris Webber) nunca se recuperaron por completo. Volvió al club donde empezó, Dallas, tras hacer grande (aunque sin anillo) a una franquicia, los Nets, que sin él no han vuelto a saborear el triunfo. En los Mavs tiene la oportunidad de lograr el anillo y hacer de su carrera la del mejor base campeón de las últimas dos décadas. Si pierde, su estrella se quedará a las puertas de la gloria, fuera del club histórico de campeones en el que merece estar.

Dallas, aparte de sus capitanes, cuenta además con jugadores como Shawn Marion ('Matrix' es su apodo) que curiosamente jugó en los Heat en 2008 tras brillar en los Suns de Phoenix junto a Steve Nash y Amare Stoudemire. Después de salir de Arizona sin el anillo, y con polémica, a Marion parecía que le esperaba un largo viaje por diferentes equipos que le llevarían al olvido, primero, a la retirada, después. En Dallas se ha reencontrado con su mejor juego. Ha recuperado la explosividad de los años dorados de los Suns y debe ser un factor clave en los Mavericks si quieren optar al anillo. Jason Terry, el veteranísimo artillero maverick, es uno de los supervivientes de la final que Dallas perdió ante Miami y también sabe que está ante su oportunidad única de llevar a su equipo donde no pudo en 2006.

Para Lebron James este es el año

Las cosas se han puesto de cara para el mejor jugador (quizá de la historia) sin anillo, Lebron James. Apodado, entre otros, 'El elegido' y 'El rey', para James este ha sido un año clave. Salió de mala manera de su casa en Cleveland para recalar en Miami y optar al título de una vez por todas. Una apuesta arriesgada porque si el combo Wade-James-Bosh no levantan el trofeo este año, todos considerarán la temporada como un fracaso. Los Heat, a diferencia de Dallas, tienen muchos años por delante para sacar jugo (y anillos) a su 'Big Three', pero este año es clave. Si James no se pone el anillo de campeón muchos empezarán a condenar al 'rey'. Detractores no le faltan. Si alguien tiene hambre en estas finales es Lebron. Si alguien quiere que este título lo gane James de una vez por todas es David Stern, el mandamás de la NBA. En la figura de Lebron se apoyará (y se apoya) la mayor parte de la maquinaria publicitaria de la liga.

La liga ha convertido a James en un ganador que no es. No lo es porque un jugador de su categoría sin el campeonato no puede serlo. Casos como el Charles Barkley, Karl Malone o Pat Ewing aparecen en el horizonte. Son tres nombres de fueras de serie de la historia reciente de la NBA que se retiraron de vacío, como perdedores. En el caso de Lebron parece muy improbable que así suceda, pero hasta que no gane el último partido de la temporada el 'rey' seguirá estando fuera del trono.

Tú a Miami, yo a Dallas

Hay otra curiosa historia en estas finales. La que protagonizan Mike Bibby (base titular de Miami) y 'Peja' Stojakovic (alero suplente en Dallas). Ambos eran titulares indiscutibles en Sacramento Kings en 2002. Esa temporada lograron el mejor récord del Oeste y muchos veían a la franquicia como la única capaz de destronar a los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O'Neal. Ambos equipos midieron sus fuerzas en la final de conferencia, en una de las series más intensas y emocionantes que se recuerdan en los últimos tiempos. Los Kings lo tenían de cara para llegar a la gran final, pero sucumbieron en el séptimo partido (en Sacramento) y Chris Webber, Vlade Divac, Doug Christie, Bibby, Peja y compañía tuvieron que ver desde casa como los Lakers se hacían con el anillo... precisamente ante los Nets de Jason Kidd.

Hoy, Bibby o Stojackovic son los únicos supervivientes de aquel maravilloso equipo de Sacramento. Ambos, ya muy veteranos, llevan a sus espaldas el mismo número de temporadas en la liga. Solo uno sabrá qué es ganar el anillo.

Revancha

Por si fuera poco, la final de este año es también la revancha de la final de 2006. Entonces, Wade se llevó el oro y Nowitzki defraudó.

Hace meses cualquiera habría apostado por Miami si le hubiesen preguntado. Hoy hay dudas. Muchos saben que el anillo es importante para Lebron, pero para él sí hay mañana. Para los Mavs no.

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