Lewis Hamilton se llevó la victoria del GP de Singapur, por delante de Max Verstappen y de Sebastian Vettel, en una prueba en la que Ferrari demostró su debilidad estratégica. Mientras el británico llevó la voz cantante, fue en la primera parada en boxes donde los de Maranello protagonizaron una antológica pifia que, a la postre, puede ser determinante para la resolución del campeonato del mundo.

La carrera empezó con la salida de un coche de seguridad, algo que era bastante previsible. Fueron los pilotos de Force India los protagonisas, cuando Sergio Pérez no dejó espacio a Esteban Ocon, y el francés acabó estrellado contra el muro. Fernando Alonso lo vio en primera persona, ya que esquivó por poco el monoplaza del galo.

Sin embargo, tras este coche de seguridad, fue Ferrari quien dejó la prueba en manos de Hamilton. El británico manejó el ritmo de la carrera a su antojo: primero frenó más de 12 segundos con respecto a su tiempo de la pole, y después lo aumentó hasta que encontró el margen suficiente para hacer sólo una parada.

En el box rojo tuvieron demasiada prisa, y dejaron sin opciones a Vettel por ello. Fue el alemán quien paró primero de los de arriba, montaron neumáticos ultrablandos y el intento de 'undercut' fue un desastre absoluto. No sólo perdió la oportunidad de luchar con Hamilton, sino que además al salir detrás de Sergio Pérez, perdió la segunda plaza frente a Verstappen.

Con Hamilton escapándose, los incidentes de carrera los empezaron a protagonizar los de atrás. Primero, el propio Pérez, que se tocó con Sirotkin cuando estaban luchando por la 14ª posición. Después, el piloto ruso y Romain Grosjean casi le cuesta un susto serio a Hamilton, ya que ambos ignoraron las banderas azules cuando el líder de la carrera les quería adelantar. Verstappen se quedó con la miel en los labios.

Para Fernando Alonso y Carlos Sainz fue una carrera razonablemente cómoda. De hecho, el asturiano llegó a marcar la vuelta rápida de carrera, cuando iba en la séptima plaza en la que acabó. Por detrás, el madrileño de Renault tampoco tuvo demasiadas dificultades para atar la octava plaza, toda vez que sólo tuvo que pasar a un Marcus Ericsson que aguantó más de 40 vueltas con los ultrablandos.

Con la victoria de Hamilton frente a Verstappen y Vettel, la ventaja al frente de la clasificación se va hasta los 40 puntos para el de Mercedes frente al alemán, lo que casi suponen dos carreras de margen para él.