El campeón de Europa se estrena esta noche en el Santiago Bernabéu, que no se ha perdido un solo partido de la Champions League en las últimas ocho temporadas: cuatro eliminaciones en semifinales y cuatro títulos, los tres últimos de forma consecutiva bajo la dirección de Zinedine Zidane.
Julen Lopetegui recibe una herencia de éxito, con dos filos: libre de urgencias históricas, nadie le va a exigir el cuarto título seguido, quinto en seis años. Por otro lado, el listón aguarda tan arriba que todo lo que no sea alcanzar el título en el Wanda Metropolitano el 1 de junio supondrá haber empeorado.
"Lo primero es quitarse el sombrero ante el Real Madrid, la plantilla y el entrenador que han ganado tres Champions”, dijo el entrenador cuando le preguntaron por esa herencia. “La presión en el Real Madrid evidentemente existe, eso es lógico y normal".
Ambición e ilusión
Antes que “presión”, Lopetegui prefiere barajar otros conceptos, como “ambición” y, sobre todo, “ilusión”; "el entrenador del Real Madrid siempre tiene responsabilidad e ilusión en todas las competiciones que afronta. No voy a explicar lo que es la Champions para el Real Madrid y lo que es el Real Madrid para la Champions", dijo en su rueda de prensa previa al partido de este miércoles (21:00) contra la Roma.
Ante los italianos, el Real Madrid tratará de emprender el camino hacia su cuarto título seguido. Algo que, por supuesto, no ha sucedido en la 'era Champions' (sólo el Madrid ha revalidado) y que sólo logró un equipo: precisamente el Real Madrid en tiempos de Di Stéfano, cuando encadenó cinco.
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