El infarto de miocardio sufrido este miércoles por Iker Casillas se suma a la lista de episodios de futbolistas con problemas cardiacos. El portero español del Oporto se encuentra ingresado, ya fuera de peligro, en un hospital de la ciudad portuguesa.

Casillas compartió vestuario en el Real Madrid con Rubén de la Red, que tuvo que poner punto final de forma prematura a una prometedora carrera futbolística, que le llevó a formar parte de la Selección española campeona de Europa en 2008.

“Parece que fue ayer. Allí cambia mi vida. Un partido en el que yo estaba normal y tuve un síncope, en el que pierdo el conocimiento. Fue menos grave de lo que pareció. No tuve ni parada ni nada. Unos 25 segundos o así”, comentó De la Red en una entrevista concedida a Sportyou y 20minutos diez años después del síncope que sufrió en campo del Real Unión de Irún, durante un partido de la Copa del Rey 2008/09.

Poco después, en marzo de 2010, el entonces sevillista Sergio Sánchez tuvo que ser sometido a una compleja operación debido a una patología cardíaca que le obligó a abandonar el fútbol de forma momentánea. A diferencia de De la Red, pudo seguir jugando, hasta tal punto que se mantiene en activo: a los 33 años, defiende en la actualidad la camiseta del Cádiz, en Segunda División.

Raúl García, jugador del Athletic, también tuvo que parar, aunque sólo durante unas semanas, y se perdió el final de la temporada pasada (2017/18) para corregir una arritmia mediante una intervención quirúrgica.

Por desgracia, a algunos futbolistas el corazón les ha golpeado de manera tan inesperada como brusca. La lista de jugadores muertos por muerte súbita es tristemente conocida, con dos casos especialmente recordados en España: los de Antonio Puerta (Sevilla), muerto en agosto de 2007, dos días después de desplomarse en un partido contra el Getafe, y dos años después Dani Jarque (Espanyol), en el hotel de concentración de su equipo en Italia durante una pretemporada.

La primera muerte súbita que causó un gran impacto en el mundo del fútbol fue la del camerunés Marc-Vivien Foé, en 2003. Este centrocampista del Manchester City falleció a los 28 años en las semifinales de la Copa de Confederaciones, que se disputaba en Lyon (Francia). Menos foco había tenido un año antes la muerte del chipriota Michalis Michael, que perdió la vida durante un partido en Nicosia cuando corría para atender al portero de su equipo, lesionado.

El año 2018 nos dejó la muerte a los 31 años del capitán de la Fiorentina, Davide Astori, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en el hotel de concentración del equipo.