La euforia con la que los futbolistas del Estrella Roja de Belgrado celebraron su pase a la fase de grupos de la Champions League ha generado una gran controversia. Los ultras del conjunto serbio colocaron en los aledaños del estadio Rajko Mitic (más conocido como 'Marakana') un tanque soviético modelo T-55 que fue usado durante la guerra de Yugoslavia, para sorpresa e indignación de algunos de los presentes.

La polémica está servida, ya que ese tanque participó en algunas de las batallas más cruentas de la contienda de los Balcanes, como el asedio de Vukovar, que duró casi 90 días y se saldó con más de 5.000 muertos en ambos bandos.

Después del partido, los futbolistas entrenados por Vladan Milojević festejaron con los fans la consecución del pase a la competición europea tras empatar en los dos partidos de la eliminatoria previa con el Young Boys suizo. Bengalas, gritos de alegría... pero también alusiones xenófobas y gritos racistas contra sus vecinos croatas.

Todo ello subidos a otro vehículo militar, pero igualmente usado en la guerra que dividió Yugoslavia y que aún cuenta con heridas abiertas en ambos bandos. La UEFA, de momento, no ha anunciado acciones contra el club, cuyos ultras son conocidos por su racismo, extremismo y nacionalismo.