Meca saltó al agua desde la playa de Shakespeare, próxima a la localidad inglesa de Dover, para recorrer 37 kilómetros hasta la costa francesa de Calais. Pero la fuerte marea y la baja temperatura del agua (17 grados centígrados) complicaron la travesía y dieron al traste con las esperanzas de sumar un nuevo logro a su palmarés.
El recientemente proclamado campeón del Mundo de 25 kilómetros en aguas abiertas, en Montreal el pasado mes de julio, salió del agua abatido por el esfuerzo y la hipotermia. Además, sufrió vómitos y mareos en el tramo final del recorrido.
"Han sido casi cuatro minutos y algo, y realmente en una carrera de más de siete horas no es mucho", dijo, en referencia a lo cerca que estuvo de batir el récord. "El año pasado lo intenté, me quedé a treinta y tantos minutos y hoy me he quedado a menos".
"Además tiene mucho más mérito, porque he estado vomitando y no me he retirado. Ocho nadadores se han tirado y he aguantado y casi he conseguido ese récord del mundo".
El nadador español tuvo que conformarse con realizar la tercera mejor marca de la distancia y mejorar en 24 minutos el registro que consiguió en su anterior tentativa, en 2004.
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