Ferrari y Alfa Romeo van a compartir un piloto muy especial durante las dos jornadas de test que se van a celebrar en Sahkir después del GP de Bahréin de Fórmula 1. Tanto los de Maranello como la antigua Sauber van a darle una jornada cada uno a Mick Schumacher.

Se va a cumplir así el sueño de muchos fans de la Scuderia italiana: ver al hijo del káiser al volante de uno de los monoplazas de la marca con la que el legendario heptacampeón ganó cinco de sus siete títulos. "Estoy obviamente más que emocionado y quiero dar las gracias a Ferrari por darme esta oportunidad. Estoy deseando participar en lo que estoy seguro que será una gran experiencia", afirma el italiano.

Pese a lo icónico que será ver de nuevo el apellido Schumacher en un Ferrari, Mick tiene claro que afronta por delante una temporada muy dura en la F2, que también arranca en Bahréin, en la que parte como uno de los grandes favoritos para ser campeón. "Soy consciente de que tengo que poner a un lado los pensamientos acerca de los test, ya que estoy deseando competir en mi primera carrera de F2 y me gustaría toda mi concentración en el fin de semana que viene", señaló.

Mick se subirá el martes 2 de abril al Ferrari para cambiarse de mono al día siguiente y montar al Alfa Romeo, una escudería con fuertes hilos técnicos y económicos con los del Cavallino Rampante. Además de contar con motores Ferrari, la colaboración entre ambos también será para foguear a sus jóvenes pilotos, como ya ocurrió con Charles Leclerc en Sauber como ahora con Antonio Giovinazzi, ambos salidos de la Ferrari Drivers Academy. Así, el británico Callum Ilott se subirá al C38 en los test que se van a celebrar después del GP de España, en Montmeló.

La última vez que Michael Schumacher, el padre, se subió a un Ferrari fue el 22 de octubre de 2006, durante el GP de Brasil en el que Fernando Alonso conquistó su segundo Mundial. Diez años antes, en febrero de 1996, el por entonces bicampeón alemán probaba por primera vez el F310 con el que compitió en su primera temporada de rojo.