Un micrófono instalado en el coche de Carlos Aranda registró la negociación para el amaño del Valladolid-Valencia

Bravo y Aranda abandonan la prisión tras el pago de la fianza
Bravo y Aranda abandonan la prisión tras el pago de la fianza
EFE
Bravo y Aranda abandonan la prisión tras el pago de la fianza

El acuerdo para amañar el resultado del Valladolid-Valencia disputado el pasado 18 de mayo quedó registrado por el micrófono instalado en un coche del exfutbolista Carlos Aranda, principal cabecilla de la trama de apuestas que investiga la ‘Operación Oikos’, según apunta el sumario del caso.

Los investigadores colocaron el dispositivo con geolocalización en un Mercedes de Aranda el 27 de marzo, después de obtener unas llaves del coche la policía con autorización judicial.

“Las conversaciones que se mantienen dentro del vehículo a lo largo del día que Aranda está en Madrid (un día después del viaje a Valladolid), no deja lugar a duda de que Raúl Bravo realizó dicho viaje a Valladolid con la intención de ofrecer una manipulación del resultado del encuentro”, apunta el sumario según Efe.

Esta información está incluida en una petición hecha al instructor por los investigadores el pasado 20 de mayo, ocho días antes de producirse las detenciones, de prorrogar las escuchas a través de dicho micrófono.

Prueba suficiente

Las conversaciones mantenidas ese día por Bravo con Aranda y otros miembros de la red en torno a las apuestas que les iban a reportar grandes beneficios derivados del presunto amaño son prueba suficiente para los investigadores del supuesto fraude.

El partido, de acuerdo con las apuestas realizadas por Aranda a través de una de sus casas de apuestas en Málaga, finalizó con victoria del Valencia tanto en la primera como en la segunda parte.

Importantes pérdidas

La apuesta de 10.000 euros le habría reportado el doble, aunque su decisión de vincular este resultado al partido del Getafe de esa misma jornada, que habría cuadruplicado las ganancias, generó importantes pérdidas a la organización.

Además, refleja el escrito, Aranda habría manifestado en sus conversaciones en el vehículo que "habría más gente dentro del vestuario del R.C.F. Valladolid que habría aceptado la proposición".

También expresa su tranquilidad en torno a las advertencias hechas de no difusión de la información más allá del vestuario para evitar movimientos «anómalos» en las apuestas que hubieran provocado una denuncia por parte del Departamento de Integridad de la Liga de Fútbol.

La avaricia...

Según estas conversaciones, Aranda debe 50.000 euros a Raúl Bravo para "pagar su parte correspondiente" y a Borja Fernández por "los servicios prestados", cantidad que el exjugador, tras perder la apuesta combinada, se compromete a pagar con la venta por 120.000 euros del salón de juegos de El Palo.

Según los investigadores, "la organización criminal habría perdido una gran cantidad de dinero puesto que aunque el resultado que habían pactado finalmente se produjo, la avaricia de los líderes habría motivado que realizaran una apuesta combinada junto con la victoria del Getafe, la cual no se cumplió".

Añaden que las grabaciones recogen una conservación en la que Aranda recrimina a Bravo "esa actitud avariciosa" ya que la información sobre el partido del Getafe "no era fiable".

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