Fútbol

La ‘muerte súbita’ sigue golpeando al fútbol

Un furgón entró al campo para llevarse el cuerpo sin vida del jugador.
Francisco Jiménez / Heraldo de Aragón

La muerte de Eduardo Navarro Cueto en Zaragoza ha sido la última de un futbolista -en este caso aficionado- sobre el terreno de juego. Este hombre de 39 años sufrió una pérdida brusca de consciencia y cayó el suelo durante un partido de la Segunda Preferente de la Liga Delicias FutZaragoza. Las maniobras de reanimación cardiopulmonar que se le practicaron no pudieron hacer nada por él.

Cada año hay que lamentar noticias como esta. Este domingo se ha cumplido un año precisamente de la ‘muerte súbita’ de un futbolista de 15 años en Ontinyent (Valencia). En los últimos meses ha habido que lamentar sucesos similares en Lugo, Ourense o Huelva.

En el fútbol profesional, 2018 nos dejó la muerte a los 31 años del capitán de la Fiorentina, Davide Astori, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en el hotel de concentración del equipo. Una noticia que conmocionó al fútbol mundial y especialmente al italiano.

En España, los dos casos más recordados en la élite son los de Antonio Puerta y Dani Jarque, en los veranos de 2007 y 2009, respectivamente. El jugador del Sevilla, de 22 años, sufrió una parada cardiorrespiratoria durante un partido de Liga contra el Getafe y falleció dos días después.

Jarque, por su parte, perdió la vida en Italia, durante la gira de pretemporada del Espanyol. Acababa de ser nombrado capitán a sus 26 años, y estaba en la habitación del hotel hablabando con su pareja cuando perdió el conocimiento.

Foé, el primer gran impacto

La primera muerte súbita que causó un gran impacto en el mundo del fútbol fue la del camerunés Marc-Vivien Foé, en 2003. Este centrocampista del Manchester City falleció a los 28 años en las semifinales de la Copa de Confederaciones, que se disputaba en Lyon (Francia). Menos foco había tenido un año antes la muerte del chipriota Michalis Michael, que perdió la vida durante un partido en Nicosia cuando corría para atender al portero de su equipo, lesionado.

También dio la vuelta al mundo la imagen del húngaro Miklós Fehér, muerto en 2004 durante un partido del Benfica. En España, la noticia tuvo aún más impacto por las lágrimas sobre el césped del que era su entrenador, José Antonio Camacho.

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