Martina Navratilova no quiere atletas trans en competiciones femeninas: "Es insano, tramposo e injusto"

Martina Navratilova y su novia Julie Lemigova, tras la petición de matrimonio en el US Open.
Martina Navratilova y su novia Julie Lemigova, tras la petición de matrimonio en el US Open.
EFE
Martina Navratilova y su novia Julie Lemigova, tras la petición de matrimonio en el US Open.

La extenista Martina Navratilova ha generado una gran controversia en el mundo del deporte tras mostrarse contraria a que atletas trans compitan como mujeres. En su opinión "son hombres que decidieron ser mujeres" y permitir su participación en torneos femeninos es "insano, tramposo e injusto para mujeres que tienen que pasar a competir contra personas que, biológicamente, siguen siendo hombres”.

Ganadora de 177 títulos, la checa también es una célebre defensora de la comunidad LGTBI, pues tuvo que luchar contra los prejuicios en 1981 cuando se declaró lesbiana.

No obstante, a su juicio “no se puede proclamar una mujer y así competir contra mujeres”, afirma en un artículo titulado ‘Las reglas sobre los atletas trans recompensan a los tramposos y castigan a los inocentes’. Además, apunta que “debe haber algunos estándares, y tener un pene y competir como mujer no se ajustaría a ese estándar".

Sus afirmaciones generaron todo tipo de reacciones y una de las respuestas más contundentes llegó de la campeona de ciclismo transgénero, Rachel McKinnon: "Los genitales son irrelevantes para el rendimiento deportivo. Totalmente irrelevante. La diferencia entre una mujer trans (especialmente en los bloqueadores de testosterona) con un pene... y una mujer trans sin un pene no es nada. Por lo tanto, centrarse en los genitales es transfóbico", aseguró.

Navratilova se disculpó respondiéndole "lo siento si dije algo transfóbico, realmente no quise hacer daño. Me educaré mejor sobre este tema, pero mientras tanto me callaré. Gracias”, aunque después se reafirmó: “Para ser básico: un hombre decide que es mujer, toma hormonas si lo requiere la organización deportiva, gana todo lo que esté a la vista y tal vez gane una pequeña fortuna, y luego invierte su decisión y vuelve a hacer bebés si él así lo desea. Es una locura y es una trampa. Estoy feliz de dirigirme a una mujer transgénero en la forma que prefiera, pero no me gustaría competir contra ella. No sería justo”.

La polémica llega el mismo día que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) de Lausana estudia el recurso de la atleta sudafricana Caster Semenya, quien ha sido cuestionada por su género en multitud de ocasiones y se niega a someterse a un tratamiento hormonal para reducir sus niveles de testosterona, más elevados que la media femenina.

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