Hubo confusión en lo que coreó la grada del Ono Estadi en el partido entre el Mallorca y el Barcelona (0-2). Según el árbitro Ramírez Domínguez hubo gritos racistas para Touré Yayá -‘negro, negro, negro’- cuando era sustituido. El futbolista de Costa de Marfil había visto la amarilla por una dura entrada a Jonás Gutiérrez.

Pero el Mallorca y buena parte de la prensa está convencida de que el colegiado andaluz se equivocó con un sector del público. Lo que en realidad pedían era la entrada de su jugador Óscar Trejo, que había estado calentando durante mucho tiempo en la banda.

Ahora, la directiva del Mallorca intentará demostrar que los coros decían ‘Trejo, Trejo, Trejo’ para animar al argentino y, también, evitar la sanción.