La carrera de Pau Gasol está a punto de apagarse

Se confirmaron las peores noticias. La lesión de Pau Gasol, que le obligó a pasar por el quirófano para operarse una fractura en su pie izquierdo, le hará que no pueda disputar el Mundial de baloncesto que da comienzo el 31 de agosto.

Era algo que ya se sospechaba, y por si quedaba alguna duda, ayer Sergio Scariolo, las despejó. «Esta semana he mirado a Pau más como seleccionador que como rival. Para nosotros, Pau es importantísimo. Va a ser una baja tremenda», relató el técnico del combinado español en el diario As.

«Los que queremos a Pau lo apoyamos y sabemos que ha tomado la mejor decisión. Solo desearle que su recuperación sea perfecta. No sólo quería estar bien, sino competir», dijo el entrenador italiano, que pese a la dura baja para la selección, cree que el pívot de Sant Boi está haciendo "lo correcto".

Lo cierto es que la edad no perdona a nadie, y el mejor jugador de basket de la historia de España está a punto de cumplir los 39 años (lo hará en julio). Este año las lesiones le han lastrado muchísimo, hasta el punto de solo haber jugado tres partidos con su nueva franquicia, los Bucks.

Sin embargo, hace ya varios años que la carrera de Gasol ha entrado en un lento y progresivo (y lógico) declive. En Chicago, equipo en el que estuvo durante dos años (2014-16) fue parte fundamental del ataque de los Bulls, con números más que interesantes en ataque (18,5 y 16,5 puntos por partido). Sin embargo, su salida rumbo a los Spurs le restó protagonismo en un proyecto que siempre ha destacado más por el juego de conjunto que por el brillo de sus individuales, pese a las grandes estrellas que ha tenido su técnico, Greg Popovich.

En primer año fue una pieza importante en San Antonio, pero por primera vez en su carrera en la NBA –por entonces llevaba ya 15 temporadas– el pívot español bajaba de los 30 minutos por encuentro (25,4).

En su segunda temporada en la franquicia tejana, el protagonismo de Pau siguió en descenso. Pasó más de la mitad de cada choque en el banquillo (23,5 minutos jugados de media) y de los 12,4 puntos de su primer año pasó a 10,1.

Pero el gran bajón de Pau ha sido esta campaña, su tercera en los Spurs. Su presencia ofensiva descendió de manera drástica (4,2 puntos por noche) fruto, indudablemente, de sus solo 12,2 minutos por partido. Los problemas físicos causaron muchos problemas a Pau, pero también influyó que su entrenador dejó de confiar en él.

La solución para Gasol no pudo ser mejor, pues el equipo con el mejor récord de la temporada, los Milwaukee Bucks, se interesaron en él. Su experiencia era un factor clave para un equipo con un grandísimo talento, pero con pocos años en su plantilla. Sin embargo, las lesiones solo le han dejado jugar tres partidos, todos ellos en temporada regular.

Cuatro puntos en 30 minutos ha sido su escasa aportación, pues se ha quedado sin jugar los playoffs con su equipo tras pasar por el quirófano.

El problema viene ahora para la selección española, un equipo que siempre ha tenido una gran dependencia de Pau. Desde que el de Sant Boi debutó con la ÑBA, en 2001, ha participado en 14 torneos, de los que en 11 ha ganado una medalla: cuatro oros (tres Eurobaskets y un Mundial), cuatro platas (dos olímpicas, dos continentales) y tres bronces (uno en los Juegos de Río 2016, dos europeos).

Sin embargo, sin Pau siempre ha sido más complicado. De las tres ocasiones en las que no ha estado, en dos no ha habido presea (Eurobasket 2005 y Mundial de 2010) y en la otra se consiguió un bronce (Eurobasket 2013), un bagaje sin duda más pobre.

A la leyenda española le queda, casi con toda seguridad, un año de vida deportiva. Todo va encaminado a que se retire después de la próxima temporada, tras los Juegos Olímpicos de Tokio. Hará todo lo posible para llegar, pero mientras a la selección le toca preparar el relevo generacional, que va a empezar –casi a la fuerza– en el Mundial que se disputa este verano en China.