Schuster, crónica de una muerte...¿buscada?

  • Al igual que su antecesor, Capello, se va como actual campeón de Liga.
  • Su relación con los jugadores se deterioró esta temporada.
  • Con los medios, nunca la tuvo.
  • La frase del domingo: "No podemos ganar al Barça", firmó su despido.
Bernd Schuster, cuando ejercía como entrenador del Real Madrid.
Bernd Schuster, cuando ejercía como entrenador del Real Madrid.
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Bernd Schuster, cuando ejercía como entrenador del Real Madrid.

En los últimos días,  Schuster apenas hablaba ya con sus jugadores. Incluso se quedaba en el vestuario mientras ellos se entrenaban bajo la mirada de la sombra del alemán, Manolo Ruiz.

Bernd Schuster ya no es entrenador del Real Madrid . Como suele suceder en estos casos, echar al entrenador es más fácil que mandar al paro a media docena de jugadores o asumir los errores propios y someterse a la opción de las urnas.

Porque el alemán tiene culpa, una poca, en la descomposición del equipo sobre el césped, pero no toda, ni la mayor porción si cabe. Los tiros deben también ir hacia arriba, a quien confió toda la pretemporada a la llegada de un 'mesías' o a quien planificó una plantilla tan desajustada como esta. Vamos, Ramón Calderón y Pedja Mijatovic, que responden a cada estado de nervios con un golpe de efecto: tras el ridículo de Getafe, Huntelaar; después de la sonrojante asamblea, boleto a Schuster y a ilusionarse con Juande Ramos.

Schuster llegó al banquillo del Real Madrid el 9 de julio de 2007, como recambio a Fabio Capello. El técnico italiano había ganado la Liga pero Ramón Calderón quería algo más y buscó la "excelencia" en el alemán, que había llevado al Getafe a cotas nunca vistas en el fútbol del modesto equipo madrileño. Durante esa primera temporada, Schuster ganó la Liga a falta de cuatro jornadas, fracasó en la Champions ante la Roma y dio pruebas de su carácter, arisco a más no poder ante los medios de comunicación.

El futuro de Schuster comenzó a torcerse en la pretemporada siguiente. Pidió una serie de fichajes, y uno por uno le fueron negados, basando la dirección deportiva toda la estrategia veraniega del equipo en Cristiano Ronaldo. Por entonces, la comunicación Schuster-Mijatovic era ya casi inexistente y el alemán no se cortó en hacerlo público: "Yo soy el último que se entera de todo", llegó a decir. A la negativa de Ronaldo prosiguieron las de Cazorla y Villa, y el Madrid comenzó la temporada con la única cara nueva real de Van der Vaart y el ceño fruncido de Schuster.

Aunque la temporada empezó bien, la trayectoria del Real Madrid ha ido cuesta abajo de forma alarmante: eliminación en la Copa del Rey ante un 2ª B, complicaciones en la Liga de Campeones y derrotas en Liga mientras, paralelamente, el Barcelona elevaba su juego a los altares. Schuster se ha quedado sin respuesta técnica ni táctica ante el progresivo empeoramiento del juego de su equipo, buscando culpables en árbitros o periodistas. Tampoco la plaga de lesiones le ha ayudado.

La última gota, esa que dicen colma el vaso, llegó el pasado domingo, tras la derrota ante el Sevilla. Al alemán le preguntaron por el partido del sábado ante el Barcelona: "No podemos ganar en el Camp Nou", dijo. Lo pensara o no, esa frase rubricó la firma de un finiquito que Schuster parecía estar buscando ya desde hace mucho tiempo.

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