Nada más meterse en la última ronda del torneo más prestigioso de hierba del mundo, el español, flamante campeón de Roland Garros y número dos del mundo, expresó su satisfacción y reconoció que haber llegado tan lejos suponía un "sueño" para él.

"Para mí es un sueño estar aquí. Nunca lo hubiera pensado. Estoy muy contento", dijo.

"Ha sido un partido duro, aunque quizá el primer set no fue tan difícil, pero los otros dos sí fueron complicados", observó.

Aseguró que ante su oponente chipriota, el dieciséis en el ránking mundial, jugó "con mucha concentración, con una motivación increíble".

Preguntado por la final del domingo, ante el que fue su rival en Roland Garros, Nadal comentó que al helvético "sólo le puedo a veces" y advirtió de que "ésta es su superficie".

Sí, aseguró, que en el gran encuentro en la pista central "trataré de jugar el mejor partido de mi carrera".

Se echó a llorar

Por otro lado, Nadal reconoció que, tras lograr alcanzar esta ronda del torneo, los nervios le hicieron "morirse por dentro" y admitió que al llegar al vestuario se puso a llorar.

"Me moría por dentro y al llegar al vestuario me he puesto a llorar de los nervios. Para mí es un sueño estar aquí, siempre lo he visto muy lejos", reveló.

"Estadísticamente, es más difícil llegar aquí a una final que ganar Roland Garros y no me lo esperaba, ni mucho menos", reconoció el tenista balear.

En cuanto a Federer, Rafa comentó que "yo sé que soy inferior a él. No tengo ninguna duda y ninguno de los que estáis aquí -dijo, en alusión a los periodistas- la tenéis".

Ante ésto, Nadal, que destacó la importancia de afrontar el partido del domingo "con buena mentalidad", indicó que tendría que "trabajar" para intentar "no ser tan inferior e igualar el partido".

"Tengo que llegar ahí, primero, sabiendo que es muy difícil y segundo, estando mentalizado de que lo puedo conseguir, aunque él es el favorito, mucho más que nunca", dijo.