Keylor Navas es uno de los jugadores que quedan más señalados después del encuentro de vuelta de los cuartos de final ante la Juventus, en el que el actual campeón de Europa se salvó sobre la bocina. El guardameta costarricense tiene abierto un debate desde que al Real Madrid se le escapase David de Gea en el último suspiro del verano de 2015, y se ha visto sometido a un un examen constante, que curiosamente en esta fase de la temporada había conseguido aprobar con nota.

Sin embargo, el terrible error cometido en el 0-3 de Matuidi, que igualaba la eliminatoria, le deja realmente tocado. El costarricense erró de forma lamentable tras un centro lateral, escapándosele un cuero que a la postre fue empujado a la red por el centrocampista francés. Un fallo al que se sumó la duda de si pudo hacer más en el tanto del 0-2, cuando Manzukic cabeceó y el cuero se coló pegado a su palo.

Parecía que esas buenas actuaciones en las últimas semanas -incluyendo un paradón tremendo a Higuaín en el partido de ida- habían disipado las dudas, pero el choque ante la Juventus vuelve a abrir el debate. Ter Stegen en el Barcelona, Oblak en el Atlético de Madrid, o De Gea en el Manchester United, dejan la duda de si el equipo blanco necesita un nuevo portero a partir del curso que viene.

Por fortuna para Keylor, Michael Oliver señaló penalti de Benatia sobre Lucas Vázquez en el último minuto del encuentro, a la postre marcado por Cristiano Ronaldo. Un soplo de aire para el portero blanco, que en cualquier caso volverá a tener una corriente de opinión que busque un sustituto. De nuevo, tendrá que convencer a los escépticos, aunque parece que incluso levantar la Champions dejará abierto el rumor sobre su salida.