JJOO

Las chicas del voley playa vivieron un infierno sobre la arena de Londres

Liliana, Elsa y Daniel, fundidos en un abrazo tras el partido.
R.R.V.

El equipo español femenino de voley playa no quedó eliminado el sábado de los Juegos Olímpicos. Fue hace dos días.

El pasado jueves, clasificadas ya para los octavos de final, Elsa Baquerizo y Liliana Fernández son sueños y sonrisas. La reunión con su entrenador Daniel Rodríguez nubla el cielo: "Les dije que sus rivales serían las italianas, Menegotti y Cicolari, y enseguida ví como le cambiaba la cara a Elsa, completamente", recuerda Daniel. Es entonces cuando España pierde el partido.

"Yo quería a cualquier equipo menos a las italianas. En nuestro primer encuentro de la temporada jugamos contra ellas, perdimos, y Elsa tuvo un día horrible. Sabía que se comería la cabeza, cuando iba en el autobús ya la veía la cara y lo intuía. Así ha pasado luego".

Elsa no fue capaz de superar el bloqueo mental. Ella, vital y optimista, de las pachangas con las amigas a los Juegos Olímpicos en 4 años, no pudo con su mente. "Para mí ha sido un infierno, lo he pasado fatal. Empecé a comerme la cabeza una y otra vez, y no podía salir". Esta vez Liliana tampoco pudo tirar de su compañera. "No dimos una. Me molesta la forma en la que hemos perdido (21-15, 21-15), porque si todavía el marcador hubiera sido más ajustado. Es que a ellas ya las habíamos ganado y hoy nos derrotaron tan fácil...".

Llegan Liliana y Elsa a la zona mixta hechas polvo. Lloran las dos pero Liliana se repone pronto. Elsa no aguanta y se marcha; diez minutos entre kleenex y regresa a los micrófonos, otra pregunta y vuelve a derrumbarse. Se va y se sienta en medio de un manicomio, abstraída, mirando su móvil y leyendo mensajes con los ojos idos. Hasta que llama a Daniel, que baja pitando para intentar un consuelo casi inútil. Cuando los periodistas ya se marchan, Daniel y Elsa todavía continúan abrazados. Ella aún tiene los ojos rojos. "¿Como pude rayarme tanto y jugar tan mal?".

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