Diez años del 15-M: de la indignación a la falta de horizonte

Empezó como ese virus que azota a China, luego como la pandemia que atemorizó a un planeta, después vino la crisis económica y social, la movilización de masas contra sus Gobiernos y la esperanza de la vacuna. ¿Estamos preparados para pasar página? ¿Habrá más olas de Covid? El mundo contiene la respiración y anhela volver a la vida que quedó aparcada un 11 de marzo de 2020.

Un domingo de mayo, hace diez años, un grupo de unos cuarenta jóvenes decidió acampar en la madrileña Puerta del Sol. Lo hizo tras una jornada de manifestaciones multitudinarias en toda España, después meses de protestas y pese a los intentos por desalojar la plaza. Lo que probablemente no imaginaban esas cuatro decenas de personas es que, con su decisión, acababan de dar comienzo a la acampada en el kilómetro cero de la capital, que duraría un mes hasta convertirse en la imagen del 15-M. Y también en el símbolo de movilización social que, a juicio de no pocos analistas, transformó la política española.

El 15-M no apareció de la nada ni por nada. Grupos como Democracia Real Ya! o Juventud Sin Futuro llevaban meses organizándose en un contexto de “tremenda crisis económica”, rememora Cristina Monge, socióloga, politóloga y profesora de la Universidad de Zaragoza, y ante la convicción de una parte de la ciudadanía de que “el sistema no actúa para proteger, sino para blindar los privilegios de las élites”. Un movimiento “inseparable de la crisis económica”, coincide Manuel Mostaza, politólogo y director de Asuntos Públicos de Atrevia, que aparece porque se quiebra una “promesa” que había funcionado hasta entonces en España: el relato de que “la democracia y Europa traerían la prosperidad”.

 

Porque, ciertamente, la España y la Europa de 2011 eran cualquier cosa menos prósperas. En nuestro país, con más de la mitad de los jóvenes en paro, un déficit galopante y una sucesión de casos de corrupción que escandalizaron a buena parte de la ciudadanía, muchos salieron a las calles para intentar que algo cambiara a una semana de las elecciones autonómicas que tendrían lugar el domingo siguiente, 22 de mayo. 

En la Unión Europea ya se habían activado los planes de rescate de Grecia e Irlanda, y las políticas de austeridad se cernían también sobre otros países. Al grito de “no nos representan”, la indignación con la política y con las grandes entidades financieras iba en aumento.

Comparativa de cifras en 2011 y 2021.
Comparativa de cifras en 2011 y 2021.

“Indignados” fue, precisamente, el nombre con el que se conoció a estos jóvenes. Poco antes, el escritor francés Stéphane Hessel había publicado “¡Indignaos”, un escrito de apenas una treintena de páginas. La traducción al español se dio a conocer en marzo de 2011 e inspiró a los millares de jóvenes que se echaron a las plazas. “Miles de jóvenes ‘indignados’ protestan en toda España contra políticos y bancos”, tituló 20minutos el lunes, 16 de mayo de 2011. Al día siguiente, ya se hablaba de “acampadas en las calles” en la portada del diario. El miércoles, “las protestas crecen tanto que ya asustan a los políticos”. La Junta Electoral prohibió la acampada, pero eso “no frena a los ‘indignados’”, se contaba el jueves, y el viernes la movilización social fue nuevamente titular de apertura del periódico.

"No salieron a las plazas todos los jóvenes, sino una parte muy movilizada de la izquierda"

Sin embargo, ese domingo, el PP se impuso con rotundidad en las urnas autonómicas, y poco después cayó el Gobierno socialista de Zapatero y comenzó la mayoría absoluta de Rajoy. ¿Por qué esa aparente disonancia entre las imágenes en la calle y los resultados en las urnas? “No salieron a las plazas todos los jóvenes, sino una parte muy movilizada de la izquierda. Si hubieran sido millones y millones, el PP no hubiera ganado con mayoría absoluta –reflexiona Mostaza–. Lo que sucede es que, en una sociedad del infoentretenimiento, esto se sobredimensionó. Además, hubo una especie de elevación de la categoría moral de la juventud: como son jóvenes, tienen razón, se vino a decir”.

De las plazas a las instituciones

Lo que sí fueron esas manifestaciones, concede el analista, es “un toque de atención” y el primer paso hacia la “nueva política”. La primera legislatura de Rajoy estuvo marcada por constantes manifestaciones en las calles. Era la época de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, de las imágenes de desahucios en los telediarios y de las mareas por los servicios públicos.

Tanto es así que, en mayo de 2013, dos años después del 15-M, Cospedal –entonces secretaria general del PP– retó a los movimientos sociales a competir en política: "Si quieren representar a una forma de ver la sociedad deberían participar del juego de la representación; porque si no, se estarán aprovechando del sistema pero no se estarán aceptando los compromisos y la responsabilidad”, dijo. La respuesta no se hizo esperar y nació en las tertulias, con las que una generación de españoles se socializó en política y que cosechaban, en esos años, elevados índices de audiencia.

Podemos irrumpe con cinco eurodiputados
Podemos irrumpe con cinco eurodiputados
EFE

Precisamente un profesor y tertuliano, Pablo Iglesias, fue quien en enero de 2014, acompañado de Juan Carlos Monedero y Teresa Rodríguez, anunció que se presentaría a las elecciones europeas si conseguía reunir 50.000 firmas. No hicieron falta ni 24 horas para superar ese listón. Había nacido Podemos.

En su estreno electoral se convirtió en la cuarta fuerza electoral del país, se quedó muy cerca de superar a Izquierda Unida, y el bipartidismo se hundió a mínimos históricos: PP y PSOE, los partidos de “la casta” como los definía entonces Iglesias, no sumaron ni el 50% de los votos. También obtuvo representación Ciudadanos, con dos eurodiputados.

Las listas apoyadas por Podemos gobernarán Madrid y Barcelona
Las listas apoyadas por Podemos gobernarán Madrid y Barcelona en 2015.
EFE

La escalada de Podemos y Ciudadanos no había hecho más que comenzar. En las municipales de 2015, el partido morado se hizo –junto a sus confluencias– con muchas de las Alcaldías más importantes de España: Manuela Carmena en Madrid, Ada Colau en Barcelona, Pedro Santiesteve en Zaragoza, José María González ‘Kichi’ en Cádiz, Joan Ribó en Valencia, y las mareas gallegas en Santiago de Compostela, A Coruña y Ferrol, por citar solo algunos ejemplos. 

Pocos meses después, en las generales, Iglesias irrumpió con 69 escaños y Albert Rivera obtuvo 40, situándose tercero y cuarto, respectivamente, después de un PP victorioso pero tocado –pasó de 186 a 123 escaños– y un PSOE en horas bajas –marcó su mínimo hasta entonces, con 90, y Sánchez comenzó a ser cuestionado–.

Podemos convoca una manifestación a principios de 2015 que abarrota Madrid. 
VÍDEO: MIGUEL SANZ

El ‘sorpasso’ que nunca llegó

Sin embargo, los problemas comenzaron en ese mismo instante. En el caso de Podemos, las disputas internas desangraron a la organización y la repetición electoral –previa alianza con IU– tampoco dio los frutos esperados: en 2016, la formación sufrió su primera gran decepción al no superar al PSOE. “La obsesión por el sorpasso no ha ayudado nada a Podemos”, dice Monge: “Llegó un momento en el que parecía que el problema era más el PSOE que el PP”. “El bipartidismo era más sólido de lo que parecía, y el PP y el PSOE están muy capitalizados en el territorio. España no es Madrid, y Podemos y Ciudadanos subestimaron el arraigo en el territorio de los llamados ‘viejos’ partidos,” comenta Mostaza.

"La obsesión por el sorpasso no ha ayudado nada a Podemos"

Desde 2016, Podemos vive una trayectoria descendente, incluso a pesar de haber conseguido llegar al Gobierno estatal. El espacio vive ahora un proceso de recomposición tras el abandono de Iglesias. En el caso de Ciudadanos, su ansiedad por el sorpasso llegó cuatro años después, en 2019, cuando en las generales de abril se quedó a sólo 200.000 votos del PP de Pablo Casado y Albert Rivera no tuvo miedo a pulsar el botón rojo. “El día que Rivera decidió apostarlo todo a superar al PP y prefirió repetir elecciones a pactar con el PSOE, Ciudadanos perdió la esencia de partido bisagra que le había dado éxitos”, explica Monge. La formación naranja vive ahora sus momentos más bajos.

Los aspirantes presidenciales antes de comenzar el debate cuatro.
Los aspirantes presidenciales en 2016, antes de comenzar un debate cuatro. De ellos, solo Sánchez sigue en activo
EFE

La crisis de la ilusión

Con el paso de los años, ni la nueva política es tan nueva ni genera las pasiones de antaño. 2015 en la izquierda y 2019 en la derecha marcaron, a juicio de Mostaza, el punto en el que “el agua subió al nivel máximo de un dique”. “Si el agua tira el dique, este cae, pero el dique de PSOE y PP resistió. Fue una ventana de oportunidad que se abrió para los nuevos partidos y que ni Podemos ni Ciudadanos supieron aprovechar”. “Llegaron con promesas de ser algo diferente y se han encontrado con que ser un partido y entrar a las instituciones te somete a reglas y marcos que hacen muy difícil hacer las cosas de otra manera”, ahonda Monge.

A juicio de la socióloga, la situación actual es de “crisis de ilusión”, porque se constata la dificultad de cumplir con las promesas de antaño. “Ahora hay una absoluta desconfianza en los partidos. Hay quien dice que eso siempre pasa en las épocas de crisis, y es cierto, pero el problema es que cada vez que cae lo hace más abajo, y que cuando la situación mejora y la confianza se recupera, nunca alcanza el punto de partida anterior”, reflexiona la experta, que advierte sobre la “absoluta falta de confianza” en la política.

Una placa conmemorativa, instalada en la Puerta del Sol por los acampados, recuerda uno de los lemas del movimiento 15-M.
Una placa conmemorativa, instalada en la Puerta del Sol por los acampados, recuerda uno de los lemas del movimiento 15-M.
JORGE PARÍS

¿Hay un legado del 15-M?

Con todo, el ciclo 2011-2021 termina como comenzó, en cierto modo: con una crisis sin precedentes y que aboca a una generación a la incertidumbre. Ni el crash financiero ni la pandemia vienen con libro de instrucciones. En el terreno político, el bipartidismo se ha fortalecido en las últimas citas con las urnas, y en lo social, los jóvenes siguen enfrentándose a enormes dificultades para emanciparse, a una altísima tasa de paro y “siguen siendo los que menos votan”, comenta Mostaza. ¿Entonces, cuál es la herencia del 15-M?

A juicio del analista, aquella movilización demostró que se puede articular el discurso político en torno a ejes diferentes al tradicional izquierda / derecha. “La división joven / viejo o arriba / abajo, empleada por Podemos, fue efectiva, y no demuestra que la dicotomía izquierda / derecha no era para siempre.

Por primera vez se vislumbró que se podía competir en política sobre la base de otras rupturas, basando el discurso en elementos que no estaban en el radar hacía diez años”.

La Puerta del Sol de Madrid continúa invadida por centenares de personas, desafiando la prohibición oficial de concentrarse a falta de tres días para las elecciones regionales y municipales del próximo domingo.
La Puerta del Sol de Madrid, invadida por centenares de personas el 20 de mayo de 2011.
EFE
"Consiguieron devolver la política a la calle, que se hablara de política en el metro y en los corrillos de padres y madres, algo que a día de hoy sigue sucediendo”

Para Monge, introducir esos elementos en el debate público es precisamente uno de los éxitos del 15-M: “La transparencia, la participación ciudadana, la rendición de cuentas… todo eso, antes, solo se debatía entre militantes o en artículos académicos, y ahora forman parte de la conversación”.

La socióloga también explica que los ‘indignados’ consiguieron “devolver la política a la calle, que se hablara de política en el metro y en los corrillos de padres y madres, algo que a día de hoy sigue sucediendo”, y poner “encima de la mesa que las cosas se tenían que hacer de otra manera”. “Que se pueda o no, ya es otra cosa”, concluye.

Miles de participantes acampaban en la Puerta del Sol de Madrid durante las concentraciones del 15-M.
Miles de participantes acampaban en la Puerta del Sol de Madrid durante las concentraciones del 15-M.
KOTE RODRIGO/EFE

"¡Esta noche nadie se marcha!"

POR ELENA OMEDES

En el Kilómetro 0, todavía excitados por el ambiente reivindicativo, por la gran acogida que había tenido la protesta y, en definitiva, por sentirse parte de algo que todavía no sabían muy bien qué era, un grupo de personas se preguntó: "¿Y si nos quedamos aquí hasta las elecciones?". Eran los ya conocidos como "Los primeros 40 de Sol". Megáfono en mano, Miguel Arana Catania, un joven estudiante de Física, tomó la iniciativa de organizar "el campamento" rodeado de decenas de personas que coreaban emocionados: "¡Esta noche nadie marcha!".

Un vídeo difundido posteriormente inmortalizó ese momento, en el que un grupo de personas -muchos desconocidos entre ellos- se reunían junto al Oso y el Madroño de la plaza de la Puerta del Sol e inauguraban una forma de tomar decisiones, asamblearia, que prevalecería en esa emblemática plaza madrileña durante los próximos cuatro meses. "El campamento lo podemos montar aquí mismo", afirmaba entonces el joven Arana. "No podemos poner tiendas de campaña, probablemente porque si no, nos van a echar en dos segundos", añadió poco después.

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De la dación en pago a la democracia participativa: ¿qué ha sido de las demandas?

Placa conmemorativa del 15-M en la Puerta del Sol de Madrid.
Placa conmemorativa del 15-M en la Puerta del Sol de Madrid.
Jorge Paris

POR JUAN MARTÍNEZ

Hay una placa en la Puerta del Sol de Madrid que recuerda el nacimiento del 15-M con la frase "Dormíamos, despertamos". Varias de las propuestas que nacieron de aquel movimiento han despertado y removido las políticas sociales y económica del país, mientras otras siguen dormidas, esperando tiempos mejores.

 

De las multitudinarias asambleas que se celebraron en el kilómetro cero madrileño salió un documento con 16 propuestas para la regeneración económica, social y democrática. También fue el germen para toda una generación de políticos de la izquierda como Pablo Iglesias (exvicepresidente de Gobierno), Íñigo Errejón (líder de Más País), Ada Colau (alcaldesa de Barcelona) y Teresa Rodríguez (diputada en el parlamento andaluz por Anticapitalistas), entre otros.

Pablo Gallego, experto en marketing digital, estuvo en el nacimiento del movimiento. Lanzó a principios de 2011 del blog Manifiesto Juventud, cofundó después el movimiento Democracia Real Ya, el colectivo que organizó las primeras manifestaciones del 15-M. "Ha habido varias preguntas del 15-M que han sido respondidas en los años posteriores como proyecto de ley o cercanos al proyecto de ley", comenta en entrevista a 20minutos.

Otros se han quedado en el tintero. Pero hace un balance positivo de todas esas propuestas porque tuvieron un "espíritu crítico" en un contexto de crisis financiera. Una actitud que considera necesaria en la actualidad, con el país al borde de una nueva crisis por la pandemia.

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De los políticos de entonces a los que les sustituyeron

Los rostros antes y después del 15M
Los rostros antes y después del 15M
20M

POR JORGE MILLÁN

Son pocos los que se atreverán a cuestionar que el 15-M marcó un antes y un después en la forma de entender la política en España. La protesta, masiva y heterogénea, instigada por la crisis económica y los recortes, llenó de indignados las plazas españolas de Madrid a Barcelona, pasando por Valencia, Bilbao, Mallorca, Oviedo...

El movimiento gozó de una enorme simpatía social -según una encuesta realizada en junio de 2011, el 81% de los españoles lo apoyaban en ese momento- y algunos de los acampados acabarían, años más tarde, entrando en las instituciones que soñaban con cambiar. Íñigo Errejón, Rita Maestre, Alberto Garzón, Teresa Rodríguez o el propio Pablo Iglesias son algunos de los ejemplos más sonados.

A menudo se ha señalado a Podemos como el principal heredero del movimiento, pero no fue el único que supo capitalizar el descontento en las plazas. Desde el centro, Ciudadanos, que saltó a la arena nacional en 2016, se abrió un hueco captando el voto más moderado.

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La España de hace diez años frente a la actual, cifra a cifra

POR EMILIO ORDIZ

Han pasado ya diez años desde el 15-M. Una década en la que la situación de los jóvenes apenas ha cambiado. La crisis provocada por la pandemia de la Covid-19 ha reforzado un escenario de incertidumbre para una generación que no terminó de recuperarse de la Gran Recesión de 2008. La precariedad en los contratos, la desafección política, los salarios bajos o las dificultades para la emancipación siguen marcando el presente de la juventud española.

Radiografía en España 2011 / 2021
Radiografía en España 2011 / 2021
C. GÁMEZ

Una de las cifras más demoledoras en España es la tasa de paro juvenil. En los últimos 10 años ha caído diez puntos, pero sigue siendo la más alta de toda la UE. A finales de 2011 se situó en un 48,7% mientras que el último dato de Eurostat, correspondiente a marzo de 2021 la situaba en un 37,7%, todavía bastante por encima de Grecia, que es el segundo país con la tasa más alta, y en torno a veinte puntos por encima de la media de la UE.

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"Se han conseguido pequeñas mejoras pero no grandes cambios"

La emblemática Puerta del Sol de Madrid no ha recuperado el trasiego de gente previo al coronavirus pero, como centro neurálgico de la capital, por ella no deja de pasar gente. Madrileños y también ya varios turistas, tanto nacionales como extranjeros, cruzan la plaza, se hacen fotos o simplemente se sientan alrededor de alguna de sus fuentes. La imagen es bien distinta a la de hace diez años, y no solo por los efectos de la pandemia. Aquel 15 de mayo de 2011 arrancaba en este mismo lugar una acampada que duró un mes en protesta por la crisis económica de entonces y a favor de una regeneración política.

POR ARACELI GUEDE | VÍDEO Y FOTOS: BIEITO ÁLVAREZ Y JORGE PARÍS

La emblemática Puerta del Sol de Madrid no ha recuperado el trasiego de gente previo al coronavirus pero, como corazón de la capital, por ella no deja de pasar gente. Madrileños y también varios turistas, tanto nacionales como extranjeros, cruzan la plaza, entran en los comercios, se hacen fotos o se sientan alrededor de sus fuentes. La imagen es bien distinta a la de hace diez años, y no solo por los efectos de la pandemia. 

El sentimiento más generalizado entre quienes aceptan responder a las preguntas de este diario es el de la decepción y si no, el reconocimiento de que muchas de las demandas eran un tanto idealistas.

Aquella revolución que comenzó en el centro del país y que se extendió a otras ciudades cambió la política española. Fue el germen de Podemos y del fin del bipartidismo. Pero, ¿qué queda hoy de aquel movimiento ciudadano encabezado mayoritariamente por unos jóvenes indignados con el sistema? ¿Qué se ha conseguido de todo lo que reclamaban? ¿Qué opinan ahora de él quienes eran unos niños? ¿Sigue generando ilusión o ha provocado desengaño? ¿Podría resurgir?

La emblemática Puerta del Sol de Madrid no ha recuperado el trasiego de gente previo al coronavirus pero, como centro neurálgico de la capital, por ella no deja de pasar gente. Madrileños y también ya varios turistas, tanto nacionales como extranjeros, cruzan la plaza, se hacen fotos o simplemente se sientan alrededor de alguna de sus fuentes. La imagen es bien distinta a la de hace diez años, y no solo por los efectos de la pandemia. Aquel 15 de mayo de 2011 arrancaba en este mismo lugar una acampada que duró un mes en protesta por la crisis económica de entonces y a favor de una regeneración política.

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ESPECIAL 20MINUTOS | TEXTOS: Ibon Uría, Elena Omedes, Araceli Guede, Juan Martínez, Emilio Ordiz, Mirentxu Mariño, Carlos P. Palomino y Jorge MIllán | VÍDEOS: Bieito Álvarez y Miguel Sanz | FOTOS: Jorge París, agencia EFE, GTRES y EP | GRÁFICO: Carlos Gámez | MAQUETACIÓN: Álex Herrera | COORDINACIÓN: Héctor M. Garrido