Dos años de la pandemia que nos cambió la vida

Empezó como ese virus que azota a China. Luego, como la pandemia que atemorizó a un planeta. Después vinieron las crisis económica y social, la movilización de masas contra sus Gobiernos y la esperanza de la vacuna. ¿Estamos preparados para pasar página? ¿Habrá más olas de covid? El mundo contiene la respiración y anhela volver a la vida que quedó aparcada un 11 de marzo de 2020.

La pandemia de covid-19 cumple hoy dos años. La peor crisis sanitaria del planeta en el último siglo ha dejado atrás casi seis millones de muertos, 500 millones de personas contagiadas y la esperanza de que la vacunación, la concienciación del mundo, la solidaridad entre gobiernos y los avances científicos puedan curar las cicatrices que el virus ha dejado en los seis continentes y aplaquen su impacto en los años venideros.

Los avisos habían llegado, pero nadie los tomó muy en serio. Los científicos llevaban años advirtiéndolo, pero los gobiernos nunca quisieron atajar los riesgos. Películas, series y novelas de ciencia ficción centraron sus temáticas en esta posibilidad, pero pocos imaginaron que se haría realidad. 

Y llegó: el 11 de marzo de 2020 la OMS declaró la pandemia por covid, una herida que, dos años después, ha dejado un mundo marcado por el miedo, la desconfianza, las protestas y los problemas en la salud mental. El mundo que deja la pandemia es otro muy diferente al que existía hasta el 10 de marzo de 2020.

 

Abrazos para la nueva normalidad
 

Catorce vidas en estado de alarma

 

Por JUAN CARLOS MARTÍNEZ.

Han crecido la desconfianza, la incertidumbre, el descontento... "Aunque no podemos generalizar y decir que todo el mundo está peor psicológicamente que antes, sí que los datos son bastante preocupantes", señala a 20minutos Rocío Rodríguez Rey, profesora investigadora en el departamento de Psicología de la Universidad Pontificia Comillas.

"Encontramos niveles mayores de tristeza, empeoramiento del estado de ánimo y más niveles de ansiedad", añade. "Han aumentado otro tipo de problemáticas como los trastornos de alimentación, y los psicólogos estamos viendo un aumento del número de personas que buscan atención psicológica, que dan el paso y se deciden a buscar ayuda".

No se puede decir que el mundo no hubiera pasado antes por ese tipo de situaciones. La peste negra, que asoló Europa en el siglo XIV, o la gripe de 1918, que acabó con la vida de hasta 40 millones de personas, son solo dos de los referentes históricos sufridos.

A principio de siglo las alarmas saltaron por el avance durante meses de la gripe A (H1N1) —se inició en México— y del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS)— un coronavirus (HCoV-EMC/2012) detectado en la Península Arábiga—, con varias decenas de muertos.

España había vivido en 2014 el primer caso de trasmisión de ébola fuera de África. Una auxiliar de enfermería resultó infectada al atender a varios pacientes que habían sido trasladados desde ese continente. En todos esos incidentes se vieron las primeras imágenes de sanitarios enfundados en trajes de protección biológica. Pero los contagios no fueron masivos. Y llegó el virus y con él los primeros brotes...

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Las seis olas que voltearon España

 

Por CARLOTA CHIARRONI y JORGE MILLÁN.

 

Tras un confinamiento, seis olas e innumerables variantes, la pandemia ha dejado imágenes imborrables: el colapso en las UCIs con una cifra de ingresos que rebasaba las capacidades de los hospitales en todo el mundo, la población asomada a los balcones ante la prohibición de salir a la calle, los niños encerrados en casa y sin poder acudir presencialmente a las escuelas, las calles vaciadas y el extraño momento en que el bullicio se sustituyó por el silencio, mientras esperábamos en nuestras casas buenas noticias con los dedos cruzados...

 

  

 Dos años después, 10 millones de personas (que se sepa) se han contagiado en España y más de 100.000 han perdido la vida a causa de una enfermedad sobre la que aún hoy existen infinidad de incógnitas. Seis olas después, millones de dosis mediante, la vida no es la misma y el virus tampoco.

  

 

DATOS DE TODA LA PANDEMIA

- 31 de marzo de 2020: día con más muertos: 849.
​- 12 de enero de 2020: 179.125 casos en 24h, récord.
- 3 de enero de 2021: 372.766 en tres días.
- Fin de semana con más casos: el 3/1/21 con 372.766 en tres días.
- ​Récord incidencia: 3.418 casos, 21/1/21.
- ​Dato de vacunación: 91% de la población mayor de 12 años cuenta en febrero de 2022 con pauta completa.

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Ilustración sobre el futuro de la covid
Ilustración sobre el futuro de la covid

El fantasma de la 7ª ola y los miedos de los expertos a repetir errores

Dos años desde que se vaciaron las calles: del confinamiento general al fin de las mascarillas en interiores

Por LOLITA BELENGUER.

Cuando preguntas a los que saben de virus y epidemias, todos puntualizan que estamos terminando la sexta ola, pero no la pandemia. Piden cautela e inciden en que hay que aprovechar este 'respiro' que nos da la transmisión para preparar el sistema de vigilancia de salud pública. Mientras el Ministerio y las Comunidades estudian cómo abordar una "fase de transición" en el control del coronavirus focalizada en los casos graves y en las personas más vulnerables ante el virus, los contagios en Reino Unido, un país que retiró todas las restricciones a finales de enero, está registrando un nuevo repunte de los contagios, sobre todo entre los más mayores. La dinámica del virus nos ha enseñado a mirar lo que pasa en países cercanos y en España este viernes la incidencia repuntó levemente por primera vez desde enero, mostrando un estancamiento del descenso de la transmisión.

Los datos del gobierno británico muestran como la curva de casos diarios vuelve a repuntar a partir del pasado 20 de febrero, cuando los nuevos contagios diarios fueron 31.170 y el pasado viernes 11 de marzo se registraron 72.898. En la última semana se han contabilizado 371.662. Además, según ha observado un estudio realizado con 100.000 personas por el Imperial College de Londres y recogido por The Guardian, los casos están aumentando entre las personas mayores de 55 años, grupo de edad en la que la tasa de reproducción ya ha superado el 1. Por debajo de los 55 años, la R se mantiene por debajo de uno.

"Los niveles de casos son tan altos como en el pico post-verano, y la mortalidad sigue siendo muy elevada"

"Los niveles de casos son tan altos como en el pico post-verano, y la mortalidad sigue siendo muy elevada"

El epidemiólogo español e investigador de la Universidad de Leicester Salvador Macip señala que los casos en Reino Unido "están subiendo desde el momento en que levantaron todas las restricciones", que fue el pasado 24 de febrero precisamente, cuando se dijo adiós a las cuarentenas para las personas contagiadas de forma leve o asintomática. Previamente, a finales de enero, se eliminó también la obligación de llevar mascarilla en interiores, salvo en centros sanitarios.

Macip añade algo que considera "aún peor: nunca han bajado a un nivel aceptable. Lo que pasa es que veníamos de un pico muy alto y, en relación a esto, estamos muy bien. Pero los niveles de casos son tan altos como en el pico post-verano, y la mortalidad sigue siendo muy elevada". El científico considera que actualmente existe un "marco mental" que da por acabada la pandemia, "pero sigue circulando mucho virus, y si bajamos las restricciones, los casos pueden subir. En España es muy posible que pase lo mismo", advierte.

Lo cierto es que este jueves el Ministerio de Sanidad aplazó a la semana que viene tomar una decisión sobre su avance hacia una nueva forma de abordar la pandemia que incluirá por ejemplo la eliminación del uso de las mascarillas en interiores, algo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dice que llegará "muy pronto" -pero sin dar fecha-, o de los aislamientos en casa cuando se da positivo en covid y la infección curso de forma leve o asintomática.

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El EIDD-2801 logra avances sobre el Covid-19.
El EIDD-2801 logra avances sobre el Covid-19.
FOTO: NIAID-RML

Las luces de la covid entre la tragedia

 

Por ARACELI GUEDE.

En mayor o menor medida, la inmensa mayoría de los países tuvieron que recortar las libertades a sus ciudadanos, incluso con estrictos confinamientos domiciliarios. El sufrimiento ha sido muy elevado, pero entre el drama asoman también algunos aspectos positivos y los avances científicos alcanzados están en ese saco. Lo que sigue son extractos de algunos de los más relevantes. Puedes leer el reportaje completo aquí.

 

Vacunas ARN Mensajero: "un avance muy trascendente"

La comunidad científica se volcó en poder inmunizar a la población lo antes posible. Gracias a destinarse a ello recursos -económicos y humanos- nunca antes vistos en un proceso así, en menos de un año había disponibles no una, sino varias vacunas, y en cantidades ingentes. En este punto destaca la utilización de la técnica conocida como ARN mensajero, empleada por Pfizer y Moderna. Para Miguel Pita, profesor de Genética de la Universidad Autónoma de Madrid, es "un avance muy trascendente" que sirve para atacar enfermedades "no solo mediante la vacunación". Se trata de una tecnología en la que se venía trabajando desde hace más de una década, pero cuya puesta en práctica se ha acelerado. "Si no hubiese habido un trabajo preliminar no habríamos conseguido estas vacunas en un periodo tan breve ni con todo el esfuerzo que se ha puesto", afirma.

 

Compartir el conocimiento

Destaca también la importancia de haber secuenciado el genoma del coronavirus en las primeras semanas de la crisis a la hora de haber obtenido vacunas en tiempo récord. La pandemia ha constatado que compartir sinergias potencia la investigación sobre las enfermedades y que "nadie puede aspirar a solucionar un problema científico de envergadura solo con su equipo de colegas". Así, la OMS desarrollo una base de datos muy potente a nivel mundial y paneles de información por países sobre vacunas, tratamientos y pruebas diagnósticas. Este sistema ha sido recientemente premiado por la American Library Association por su importancia en la lucha contra la pandemia

 

Mayor capacidad de adaptación y análisis

En una primera fase, los médicos trataron de abordar la covid con los tratamientos que tenían a mano, a base de prueba y error. Algunos funcionaron, otros se descubrieron ineficaces o incluso contraproducentes. "Se ha puesto de manifiesto la importancia de la investigación clínica. Tenemos que evaluar nuestros datos y lo que hacemos continuamente para ser capaces de avanzar. Si no analizas lo que haces no puedes sacar conclusiones reales y rápidas para poder definir si el tratamiento es útil o no", comenta la doctora Elena Múñez, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Interna (Semi) y adjunta de medicina interna de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.

Un técnico de laboratorio de BioNTech, la empresa que desarrolla la vacuna junto a Pfizer.
Un técnico de laboratorio de BioNTech, la empresa que desarrolla la vacuna junto a Pfizer.
© BioNTech SE 2020

El impacto en la detección de otras patologías

Entre las áreas con mayor impacto se encuentran los laboratorios de microbiología -que han visto incrementadas sus dotaciones tecnológicas y de personal- y con ellos el sector del diagnóstico in vitro. "No solo se han desarrollado nuevas tecnologías en la PCR, sino que han aparecido otros tipos de diagnóstico molecular muy sofisticados, lo que nos permitirá estar mejor preparados en el futuro. Además, hemos aprendido a aplicar tecnología que ya conocemos sobre un virus nuevo y eso supone un avance muy grande", asegura Carlos Sisternas, coordinador de Diagnóstico In Vitro de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).

 

Cultura de la higiene

Habrá que esperar un tiempo para ver hasta qué punto los hábitos de higiene que hemos adquirido en estos dos años llegaron para permanecer. Algunos ya quedaron atrás, como el uso de guantes, limpiar toda la compra de manera exhaustiva o lavar la ropa que se había usado para salir a la calle. De los protocolos también decaerá la necesidad de mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros, como han ido desapareciendo el establecimiento de diferentes itinerarios en los edificios para las entradas y salidas o en función de la dirección de la marcha. Más dudas suscita la mascarilla. Pese a haberse eliminado su obligatoriedad en exteriores, muchos ciudadanos la siguen llevando en zonas concurridas. El siguiente paso será que su uso deje de ser obligatorio en interiores, algo que el Gobierno ya ha anunciado que ocurrirá "muy pronto".

 

Más interés ciudadano por la ciencia

"La gente ya sabía que la ciencia era importante, porque lo vive cada vez que va por ejemplo a un hospital. Pero creo que ahora ha cobrado mayor relevancia. Todos estuvimos encerrados en casa esperando que fuera la que nos solucionase el problema. Veremos si se mantiene y se traduce en una visión de futuro y de inversión a largo plazo", duda el investigador Miguel Pita.

REPORTAJE COMPLETO.

 

Testimonios Covid.
Testimonios de personas a las que la pandemia ha cambiado la vida
JORGE PARÍS

Y al despertar de la pesadilla...
ya no éramos los mismos

 

Por PABLO RODERO.

No hemos salido mejores. Esa es quizás la principal conclusión compartida por analistas y el común de los mortales tras dos años padeciendo una pandemia que ha aumentado la desigualdad y ha roto la salud mental de miles de personas, pero también ha profundizado en las nuevas formas de comunicación y en el trabajo a distancia.

Gabriela Olías tiene ahora 23 años. Cuando empezó la pandemia estaba en el tercer año de la carrera de periodismo, el momento en el que los estudios se vuelven más prácticos y los estudiantes comienzan a trabajar como becarios en empresas. La universidad mandó a los alumnos a casa, inicialmente, por un plazo de dos semanas que acabó convirtiéndose en un año y medio de estudios telemáticos.

"De las pocas cosas buenas que voy a recordar del confinamiento es que pude pasar mucho tiempo con mi familia"

"Para mí fue horrible el hecho de no ir a clase, era super desmotivador levantarte y ponerte con el monitor a ver la clase, al principio nos alegramos, pero luego se me hizo super duro", declara Olías, que considera que este periodo de anomalía en la universidad ha sido un lastre para su formación y también para sus perspectivas de encontrar un trabajo acorde con sus estudios.

"Independizarme lo veo lejano la verdad porque ahora dicen que está habiendo trabajo, pero no tengo mucha esperanza por las condiciones laborales que se puedan dar, no van a ser suficientes", prevé Olías.

REPORTAJE COMPLETO.

 

Mascarilla y el futuro de la covid.
Mascarilla y el futuro de la covid.
HENAR DE PEDRO

El bucle de la mascarilla en interiores

Por CLARA PINAR.

La mascarilla, uno de los elementos más característicos que ha dejado la pandemia, va camino de ser el último en desaparecer. Por lo menos, es el único que no tiene todavía una fecha prevista para dejar de ser de uso obligado en espacios cerrados. Como mucho, el Gobierno insiste en que será "pronto", sin que de momento se sepa cuándo con precisión.

Ministerio y comunidades dieron este jueves el último paso en el progresivo desmantelamiento de las medidas y restricciones contra la covid poniendo un horizonte para suprimir la obligación de permanecer en aislamiento durante siete para las personas con covid leve o sin síntomas. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia para encarar la fase que se abre de ahora en adelante, con un control menos exhaustivo de los contagios y centrado en los casos graves y en las personas más vulnerables por edad o por enfermedad.

Esta decisión, a la que se espera que la semana que viene se le ponga fecha, es a su vez continuación de la de eliminar la obligación de que los contactos de un positivo por Covid hagan cuarentena, estén o no vacunados. El pasado otoño ya decayeron las restricciones de aforos o de horarios, por ejemplo.

Es en este contexto en el que la mascarilla queda todavía como el recordatorio más llamativo de que estamos en pandemia. Si bien, en una fase distinta a la más crítica a la que expertos y autoridades sanitarias dan ya carpetazo, pero que de momento no es suficiente para que el Gobierno ponga una fecha concreta para dejar de utilizarla en espacios cerrados, puesto que al aire libre hace ya un mes que pasaron -por segunda vez- a la historia.

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Testimonio Covid persistente

La angustia de vivir dos años con Covid: "Las pruebas no detectan nada pero yo no he vuelto a ser la misma"

Por ARACELI GUEDE y CARLOTA CHIARRONI.

Las fotos del último viaje de la vieja normalidad cuelgan en una de las paredes del salón, junto a la ventana. En las imágenes, Bárbara Llorente y Miguel Méndez aparecen muy sonrientes en diferentes localizaciones de Irlanda poco antes de que estallase la pandemia. Poco antes de que un nuevo virus procedente de China dejase en ellos consecuencias que nunca imaginaron. Instantáneas como esas son el recuerdo de una vida activa que en marzo de 2020 se vio truncada.

Esta pareja, de 32 años ella y 35 él, se infectó de Sars-Cov-2 en aquellos primeros días de desconcierto absoluto. Miguel, entonces pinche de cocina en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, contrajo el coronavirus y contagió a Bárbara. Todo empezó como un resfriado "un poco más fuerte de lo normal" pero en el caso de ella, lejos de mejorar, fue desencadenando multitud de síntomas que a día de hoy la imposibilitan para hacer tareas básicas y cotidianas. Dos años después, sin haber tenido patologías previas, arrastra una enfermedad que, en términos generales, en la gente joven evolucionaba sin causar mayores inconvenientes.

"A finales de abril de aquel año me vio un médico de medicina interna y me dijo que no me preocupase, que a mediados de mayo estaría bien", recuerda Bárbara desde el sofá, al que ha llegado tras recorrer con dificultad los pocos metros que distan de la entrada del piso. "Menos mal que le dijeron que utilizara bastones de marcha", señala Miguel sentado a su lado. "Me los pusieron el año pasado porque me caía. He perdido movilidad y con ellos me sostengo mejor y puedo aguantar trayectos algo más largos", apostilla ella.

El diagnóstico inicial fue "una pequeña neumonía" que pasó en casa y que le trataron con hidroxicloroquina, un principio activo contra la artritis reumatoide y la malaria que en la primera ola se empleó para intentar curar a los pacientes de aquel nuevo patógeno. Finalmente se vio que podía producir complicaciones cardiacas y fue descartado. Desde entonces esta joven ha tenido momentos en los que le bajaba tanto la saturación de oxígeno al hacer algún pequeño esfuerzo que se desmayaba; estuvo ingresada con un tromboembolismo pulmonar, y también la hospitalizaron al sufrir una parálisis generalizada acompañada de espasmos: "Ese fue uno de los últimos brotes, el más bestia. Me pasó en octubre. Me ha dejado con problemas para hablar y no he recuperado las fuerzas".

Hiperreflexia, dolor en el pecho, problemas de visión, hormigueo en las manos o temblores son otras de las manifestaciones que la han llevado a pasar por multitud de especialistas. Pero nadie ha podido darle un diagnóstico. Lo suyo es lo se ha venido en llamar Covid persistente, pero se desconoce la causa que lo provoca y, por lo tanto, no hay tratamiento. "Lo que tomo es para el dolor y para conseguir dormir porque tengo insomnio. Cuando me encuentro muy mal voy a Urgencias y me pinchan algo más fuerte", manifiesta Bárbara.

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Gráfico de los síntomas de la variante ómicron del coronavirus SARS-CoV-2.
 

El virus impacta... de otra manera

 

Por LOLA BELENGUER.

Los síntomas del SARS-CoV-2 han ido evolucionando a la par que el virus ha ido mutando. Con la actual variante predominante, ómicron, los síntomas reportados por las personas contagiadas, muchas de ellas ya vacunadas con dos o incluso tres dosis, han sido de menor gravedad que los que se sufrían con variantes anteriores como delta, beta, alpha o la original de Wuhan, cuando además la población no estaba vacunada porque las inyecciones estaban todavía desarrollándose.

Desde el inicio de la declaración de la pandemia de covid-19, hace ahora dos años, la lista de potenciales síntomas de covid no ha dejado de incrementarse gracias a la multiplicidad de variantes, abarcando desde el dolor de estómago hasta la pérdida del olfato y el gusto, pasando por los más comunes: fiebre, tos y dificultad para respirar. Ahora, el listado se ha actualizado con moqueo en la nariz, el dolor de cabeza, el cansancio (moderado o severo), los estornudos, el dolor de garganta, dolor en la parte inferior de la espalda y dolor muscular.

Una empleada se desinfecta con guantes en Alemania.
Una empleada se desinfecta con guantes en Alemania.
Britta Pedersen/EP

Los epidemiólogos han advertido durante las últimas semanas de que ha habido "confusión" al hablar de ómicron como una variante de carácter más leve similar a una gripe, pues su gran transmisión ha causado en términos absolutos más fallecimientos que las dos oleadas anteriores en España. Si bien en términos relativos la mortalidad global de la covid-19 ha descendido desde el 5% de marzo de 2020 al 0,9% actual.

Igualmente, los expertos inciden en que la forma de protegerse de ómicron y su subvariante ('sigilosa') es la misma que para las anteriores cepas: la vacunación, las mascarillas (especialmente cuando tenemos síntomas o si nos relacionamos con personas vulnerables), la distancia interpersonal y la ventilación de espacios interiores.

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"Los próximos meses, serán duros", indican. "Lo peor está por llegar".
Los ecos de la primera ola. "Los próximos meses, serán duros", indican. "Lo peor está por llegar".

Dos años de vida y muerte en la UCI: "Ya no es un hospital de guerra; la supervivencia supera el 90%"

Por CARLOTA CHIARRONI.

La UCI, ese lugar en el que absolutamente todo pita, se ha quedado en mute. Ya no hay sonido agudo, rítmico, el de las máquinas que libran una lucha a vida o muerte con la covid. Dos años después de aquel tsunami que fue la primera ola, el virus no es el mismo; las UCI tampoco.

La señora del box 24 se coloca las gafas, se atusa un poco el moño y vuelve la vista al móvil. Está despierta, tranquila, relajada. Nada parece indicar que está ingresada donde nadie querría estarlo: la unidad de cuidados intensivos, estancia en la que solo ingresan los pacientes más graves del hospital Ramón y Cajal. Caminar por esta zona ahora no tiene nada que ver con hacerlo en abril de 2020, cuando este medio entró por primera vez para contar cómo se vivía la pandemia en el lugar más castigado por el virus.

Entonces, la escena dolía porque la gravedad de los pacientes se palpaba: todos estaban intubados, boca abajo, en prono; solo uno de ellos era consciente de lo que pasaba. Y las camas ocupaban hasta los quirófanos. Ahora, solo hay cinco pacientes covid en una unidad de 24 camas (en el pico más alto, llegó a haber más de 100). Todos, independientemente de su gravedad, están despiertos. Alguno, incluso, saluda con la mano.

Tras cinco olas al frente de una de las UCI covid, David Pestaña vuelve a sus labores como jefe del servicio de Anestesiología. "El hospital ha cambiado, ya no es un hospital de guerra".

Varios sanitarios trabajan en la UCI del Ramón y Cajal en marzo de 2022.
Varios sanitarios trabajan en la UCI del Ramón y Cajal en marzo de 2022.
JORGE PARÍS

P. Hace dos años contaba que era terrible mirar a los pacientes y pensar cuál de ellos iba a morir.

R. Sí, sabías que de cada tres pacientes que ingresaban, le tocaba a uno. Era una sensación horrible.

P. Ya no la tienen…

R. Afortunadamente, no. La primera ola nos vino de sopetón. Solo ingresaban los que estaban peor, boqueando, era una cosa espantosa. En la primera ola prácticamente todos estaban intubados. Ya no.

 

Con él coincide Raúl de Pablo, jefe de la unidad de cuidados intensivos. "Ahora estamos muchísimo más tranquilos, aunque es verdad que los meses de diciembre y enero fueron malos". Ómicron, esa variante más contagiosa pero menos letal, volvió a presionar las UCI, pero trajo consigo dos cambios.

 

Una sanitaria vigila a una paciente en la UCI del Ramón y Cajal.
Una sanitaria vigila a una paciente en la UCI del Ramón y Cajal.
JORGE PARÍS

El primero, la aparición de pacientes con covid y no por covid. "Ya no vienen todos con neumonías bilaterales", detalla Rocío González, supervisora de enfermería, "sino que pueden ser pacientes con pancreatitis que dan positivo en PCR, pero su ingreso no era por eso. El paciente covid es, salvando las distancias, un paciente respiratorio más". El segundo cambio, añade De Pablo, que "la mortalidad ha bajado en estos dos años radicalmente. Ahora tenemos una supervivencia por encima del 90% que antes no teníamos".

 

P. Pero aún hoy muere gente.

R. Menos que antes, pero sí, aunque la mayoría en planta.

P. ¿Cómo es eso posible?

R. En la UCI no ingresamos enfermos terminales. No es un sitio en el que se venga a morir. Otra cosa es que la batalla la acabáramos perdiendo.

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Actas de la pandemia (ancho II)
 

Por CLARA PINAR.

 "Probablemente, el Sistema Nacional de Salud (SNS) se está enfrentando al reto más importante". Con esta advertencia, que poco después se quedaría corta, cerró el exministro de Sanidad Salvador Illa la reunión extraordinaria de Consejo Interterritorial de Sanidad del 12 de marzo, dos días antes de que el Gobierno decretara el primer estado de alarma que confinó a los españoles para afrontar la primera y mortífera ola de la pandemia por covid. Figura en el acta correspondiente a la reunión de aquel día, una de más de 100 que se celebraron con carácter extraordinario desde aquel aciago mes de marzo de 2020 hasta la actualidad. 20minutos tuvo acceso, a través del Portal de la Transparencia, a 116 actas de los Consejos Interterritoriales que recogieron la gestión de la pandemia y que fueron publicadas en exclusiva desde el 1 de febrero.#

En las primeras semanas, reflejan la angustia, las dudas y las preocupaciones de todo tipo que asaltaron a los consejeros autonómicos a medida que iban aumentando los contagios, se evidenciaba que no había material sanitario suficiente y que médicos y enfermeros se iban contagiando. El 12 de marzo, la urgencia quedaba patente en un comentario del consejero de Castilla-La Mancha. "Expone que tienen un problema importante con las PCR y con los EPI y sobre todo con las mascarillas".

 

 

Las primeras reuniones monográficas para tratar la evolución de la covid muestran cómo Gobierno y comunidades pasaron de contar los casos que se detectaban e China o en Italia a la urgencia para hacer de "planes de contingencia" para las UCIS en los hospitales españoles, cuando la transmisión pasó de puntual a comunitaria y de centrarse en tres comunidades -Madrid, País Vasco y La Rioja- a estar descontrolada en todo el territorio.

"Mantengan alerta a los servicios jurídicos por si hubiera medidas para implementarlas con agilidad", pidió Illa a los consejeros el 9 de marzo, cinco días antes de decretarse el estado de alarma y cuando el ministro todavía calculaba que era posible no tener otra reunión hasta cuatro días después. Error. A partir de ese momento los encuentros telemáticos entre los consejeros se sucedieron de forma diaria, en una semana que desembocó con el decreto que confinó a toda la población.

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Fernando Simón se coloca la mascarilla durante su comparecencia este lunes.
Fernando Simón se coloca la mascarilla durante una comparecencia.
RODRIGO JIMÉNEZ / EFE

Lo que creíamos, lo que no sabíamos, lo que ya hemos descartado

Bajar al supermercado con guantes, pero sin mascarilla. Guardar escrupulosamente la distancia de seguridad en la fila y no acceder al interior hasta disponer de la inexcusable ración de gel hidroalcohólico, dispensaba por un empleado del establecimiento. Era solo el inicio del ritual que la mayoría de los españoles seguía cada vez que, durante el confinamiento domiciliario en plena primera ola de covid-19, acudían a hacer la compra. Sin embargo, no acababa ahí. El ceremonial continuaba con la desinfección de los productos al regresar a casa e incluso el lavado de la ropa empleada.

Dos años más tarde, resulta impensable entrar en una tienda de cualquier tipo desprovistos de mascarilla, y parece aún más incomprensible que la ciudadanía lo hiciera en uno de los momentos más crudos de la pandemia. Sin embargo, iba en línea con las recomendaciones de las autoridades, que en marzo de 2020 insistía en mantener una buena higiene de manos, cubrirse con el codo al estornudar y toser y evitar tocarse nariz, boca y ojos, pues las manos "facilitaban la transmisión".

 

"No es necesario que la población utilice mascarillas, aunque puede ser interesante en los pacientes con sintomatología"

"No es necesario que la población utilice mascarillas, aunque puede ser interesante en los pacientes con sintomatología. No tiene ningún sentido que la gente ahora esté preocupada por si tiene una o no en casa", decía el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, el 26 de febrero de 2020. De hecho, no fueron obligatorias hasta el 20 de mayo.

Desde entonces, la ciencia ha estudiado el SARS-CoV-2 en profundidad, hasta concluir que el contagio se produce por gotas y partículas respiratorias y que la infección a través de superficies es poco frecuente. "La medida más eficaz en cuanto a equipos de protección es la aplicación correcta de mascarillas. Como mucho, ante el riesgo de la transmisión por mucosas, tiene cabida la utilización de pantallas. El tema de fondo al decir que no se usaran es que no había stock. Si dices que son importantísimas y no hay en el mercado, generas un conflicto", dice Juan Antonio Sanz Salanova, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS).

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La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha autorizado este martes, 1 de febrero, el ensayo de fase III de la vacuna de HIPRA contra la COVID-19.
 

Hipra y la inmunización constante

Por CLARA PINAR.

La pandemia parece estar diciendo adiós, pero con ella no se irá de momento la vacunación. En el horizonte, está pendiente la decisión sobre si será necesario vacunar contra la covid una vez al año, como con la gripe estacional, al menos a la población más vulnerable. En lo más inmediato, los esfuerzos seguirán centrándose en poner dosis de refuerzo a los adultos y en intensificar la donación internacional de dosis. Sueros habrá, porque España participó en una nueva compra conjunta con la UE de 2.000 millones de unidades para 2022 y 2023, a las que, si todo va según lo previsto, podría sumarse otra más, desarrollada en España por el laboratorio Hipra.

Con el 91,1% de la población mayor de 12 años y una cobertura que ya no se mueve más que muy levemente, la vacunación contra la covid tras la fase aguda de la pandemia se centrará en seguir vacunando, pero especialmente para administrar terceras dosis.

Ciudadanos madrileños hacen cola en el Wizink Center para recibir la vacuna de la covid-19.
Ciudadanos madrileños hacen cola en el Wizink Center para recibir la vacuna de la covid-19.
Jorge París

Las llamadas dosis de refuerzo -o booster, su término en inglés- fueron muy bien atendidas entre la población más mayor, pero a medida que iba descendiendo la edad, han sido cada vez menos quienes han acudido a ponerse la tercera dosis. Según el Ministerio de Sanidad, el 79,4% de los mayores de 40 años la tienen ya puesta. Pero este porcentaje es una medida que abarca desde 92,6% entre los mayores de 70 hasta el 59,6% de la población entre 40 y 49 años. El porcentaje desciende todavía más entre quienes tienen 30 y 39 (41,8%) y de 20 a 29 (33,6).

De este modo, todavía queda población para que las autoridades sanitarias dirijan sus llamamientos sobre vacunación. Se encontrarán con algo que los expertos consideran inevitable, la -afortunadamente- mejora de la situación, que hará que disminuya la sensación de riesgo, ya de por sí menor entre la población más joven, y que raramente ha enfermado de gravedad por covid...

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Entrevista | Alberto Herrera: "Limitar las personas en los funerales fue la medida que más me costó escribir"

Por CLARA PINAR.

Hace dos años, el 14 de marzo de 2020, entró en vigor el primer estado de alarma, que por primera vez confinó a todo un país para intentar frenar los contagios por coronavirus, que saturaban ya los hospitales españoles. Hasta dos meses y medio después no se empezó a poder salir para pasear y en ese tiempo solo algunos trabajadores, considerados esenciales, tenían permitido andar por la calle. Uno de ellos fue Alberto Herrera (Madrid, 1983), actual subsecretario del Ministerio de Presidencia, pero que entonces -hasta febrero de 2021- lo era del Ministerio de Sanidad.

Si los españoles estaban confinados en sus casas, él prácticamente lo estuvo en el Ministerio, donde formó parte del equipo más estrecho del exministro Salvador llla que gestó, junto con Moncloa, la declaración del primer estado de alarma y el confinamiento. En el Ministerio dirigió el reducido grupo de juristas que redactó todas las normas y órdenes que derivaron del decreto-ley. En tres meses, escribieron "más de 2.000 páginas de BOE" donde quedaron plasmadas medidas como la reincorporación de médicos jubilados, el cierre de hoteles y establecimientos turísticos o cómo había que aislar a los enfermos en las residencias de mayores. O desde un cambio legal para poder enterrar a quienes fallecían por Covid en un plazo menor a las 24 horas o la 'dolorosa' orden para prohibir a los familiares velar a sus muertos a habilitar la "declaración responsable" que debían llevar consigo quienes tuvieran que salir de casa para trabajar.

Alberto Herrera, durante la entrevista.
Alberto Herrera, durante la entrevista con 20minutos.
José González

Dos años después de aquello y uno después de dejar Sanidad, Herrera recibe a 20minutos en su despacho en el Ministerio que dirige Félix Bolaños, para recordar cómo fueron los momentos y sus impresiones durante los días en los que sus textos publicados en el BOE confinaron a la población en sus casas y pusieron a mínimo la actividad del país para tratar de frenar la pandemia por Covid, que ahora parece que llega a su fin.

Funcionario del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, Herrera estuvo a la cabeza del principal órgano directivo del Ministerio de Sanidad, respondiendo directamente al ministro, entonces Salvador Illa. Echando la vista atrás y a pesar de que el Constitucional declaró inconstitucional el recurso al estado de alarma para decretar el confinamiento y también el segundo, de octubre de 2020, la hoy mano derecha de Bolaños mantiene que hicieron lo que en ese momento creyeron que era lo mejor. "Teníamos la sensación de que estábamos haciendo lo que debíamos hacer y que era la mejor herramienta", asegura.

P. ¿Cómo recuerda aquellos días, cuando preparaban el primer decreto de alarma?

R. Me acuerdo de que barajamos diferentes escenarios, veíamos cómo empezaba a ser la respuesta también en otros países de nuestro entorno y hubo un momento, no teniendo otra manera de afrontar el virus porque todavía no teníamos las vacunas, en el que vimos que la mejor manera de contenerlo era con medidas que implicaban limitaciones. Ya veníamos trabajando con las comunidades autónomas en limitaciones que se podían adoptar desde sus competencias, pero llegó un momento en el que vimos que aquello claramente necesitaba de un poquito más y fue cuando se puso sobre la mesa la posibilidad de activar el estado de alarma, porque muchas limitaciones no eran las ordinarias y queríamos hacerlo con las máximas garantías. Y lo que nos aseguraba que íbamos a tener garantías suficientes era hacer del estado de alarma que estaba previsto precisamente en la propia ley orgánica para este tipo de situaciones de crisis.

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Los rostros de la pandemia

 Por ADRIÁN COBOS y AMAYA LARRAÑETA.

Desde la voz omnipresente de Fernando Simón en todos los televisores de los españoles hasta el tenista Novak Djokovic que se convirtió en alegato del movimiento antivacunas. Políticos, médicos y expertos, que aún sin conocerlos, nos han acompañado durante estos dos largos y duros años de pandemia.

No solo fueron rostros. También la pandemia nos ha hecho interiorizar palabras que hasta entonces no habíamos formulado nunca. ¿Alguien sabía lo que era una proteína spike antes del coronavirus? ¿Conocíamos los laboratorios Jansen, o AstraZéneca? ¿Quién iba a decirnos que Madrid tendría un hospital dedicado a la enfermera Isabel Zendal?

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Un nuevo 'diccionario'

 

La pandemia, de la A a la Z
La pandemia, de la A a la Z.

 Por AMAYA LARRAÑETA.

A. ANTICUERPOS: Los expertos explican que el papel fundamental de un anticuerpo es reconocer cuerpos extraños dentro y sobre el cuerpo e impedir que causen ningún daño. Los anticuerpos hacen esto de varias maneras diferentes, pero todas ellas consisten en lo mismo: reconocer a los invasores externos y ayudar a eliminarlos. Los anticuerpos se producen como reacción del organismo para defenderse del virus, por eso les llamamos defensas. Tener anticuerpos no es sinónimo de ser inmune a una reinfección, pero dan muestra de que se ha estado infectado de covid-19.

B. BROTES: Se considera brote a efectos oficiales de notificación a Sanidad cualquier agrupación de 3 o más casos con infección activa en los que se ha establecido un vínculo epidemiológico. Se considera brote abierto aquel que ha tenido casos en los últimos 28 días, teniendo en cuenta la fecha de inicio de síntomas o de diagnóstico.

C. COVID-19. Es la enfermedad causada por un nuevo coronavirus llamado SARS-CoV-2. La OMS se enteró por primera vez de este nuevo virus el 31 de diciembre de 2019, después de recibir notificación de un grupo de casos de 'neumonía viral' en Wuhan, República Popular de China. La enfermedad por coronavirus (COVID-19) es una enfermedad infecciosa. El virus puede propagarse en gotículas o aerosoles desde la boca o la nariz de una persona infectada en pequeñas partículas líquidas cuando tose, estornuda, habla, canta o respira.

D. DELTA: Los virus cambian constantemente a través de mutaciones y estas mutaciones suelen dar lugar a una nueva variante del virus. Es una variante de covid que se ha dado el código B.1.617.2. Fue identificada por primera vez en India. Se cree que es una de las de mayor propagación, por detrás de ómicron, la última variable más extendida y causante de la sexta ola. Además puede causar casos más graves que otras variantes, dijeron los expertos.

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Calles vacías, los supermercados desabastecidos y un objetivo común: poder detener el virus. 

 

Por DANIEL RÍOS.

"Estamos preparados, tenemos las ideas claras y no nos va a temblar la mano para ganar al virus", y "las medidas que se adoptan son drásticas y van a tener, desgraciadamente, consecuencias". Parece que ha transcurrido un siglo, pero este lunes se cumplen tan solo dos años desde, con esas palabras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la aprobación del estado de alarma por segunda vez en toda la democracia, inicialmente por un periodo de 15 días. Esas dos semanas se convirtieron, con los sucesivos avales del Congreso, en más de tres meses en los que España se enfrentó a un confinamiento general, una medida sin precedentes que, pese a las sucesivas olas de la pandemia, no se ha repetido.

Con esa intervención del día 14 de marzo de 2020, Sánchez tomaba una decisión que apenas una semana antes parecía ciencia ficción. En apenas unos días, la situación se agravó enormemente en toda Europa y España siguió el ejemplo de Italia, donde el confinamiento general ya era una realidad desde unos días atrás. El encierro de toda la población en sus casas, además, vino acompañado de medidas de excepción, como la centralización de algunas competencias de las comunidades en el Gobierno central o la movilización de las Fuerzas Armadas para ayudar en las tareas de desinfección o traslado de enfermos y fallecidos.

La mayor crisis sanitaria de la historia reciente. 

En esos días de desconcierto, uno de los principales temores era, además de la evolución del virus, su impacto sobre la economía y el empleo. Por ello, tras un intenso debate entre PSOE y Unidas Podemos y apenas tres días después de decretar la alarma, el 17 de marzo el Gobierno aprobó un diseño extraordinario para una figura que, por entonces, apenas era conocida por la población general: los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Con esa medida, el Ejecutivo buscaba evitar una rápida escalada del desempleo, y los ERTE vinieron acompañados de una movilización de más de 100.000 millones de euros públicos en avales para las empresas con dificultades,

La asunción de esas primeras medidas económicas de choque para evitar un derrumbe de la economía vinieron acompañadas de decisiones para reforzar un sistema sanitario y asistencial enormemente presionado y con serio riesgo de colapso. Durante los primeros días del estado de alarma, el Gobierno transfirió 300 millones a las autonomías para reforzar las residencias de mayores y otros 600 millones destinados a apuntalar los sistemas de servicios sociales. Además, se prohibió cortar los suministros de luz, agua y gas a las familias vulnerables y se estableció una moratoria en el pago de las hipotecas para quienes no pudieran hacer frente a las cuotas.

Las cifras de contagios, ingresos y fallecimientos, no obstante, estaban lejos de dejar de crecer, y el 23 de marzo el Gobierno tomó la decisión de permitir la medicalización de las residencias de mayores. Uno de los problemas más acuciantes de entonces era la falta de material de protección para sanitarios y personal de los centros y, de hecho, tanto ese problema como los fallecimientos en residencias provocaron la interposición de numerosas denuncias y querellas por todo el país contra responsables políticos de todas las administraciones. La mayoría han sido archivadas, aunque algunas sí han acabado en condena.

Apenas tres días después de que el Gobierno permitiera medicalizar las residencias, el Congreso aprobó por amplísima mayoría la primera prórroga del estado de alarma. Y el día 28 de marzo el Ejecutivo tomó la decisión más drástica de toda la pandemia: la paralización de toda actividad no esencial durante dos semanas. Los trabajadores que aún seguían acudiendo a sus centros de trabajo dejaron de hacerlo, y no volvieron a la actividad hasta el 9 de abril.

ARACELI GUEDE | PABLO RODERO | BELÉN SARRIÁ | JAVIER LÓPEZ MACÍAS

José Antonio desmontó su puesto en el Rastro el 8 de marzo sin imaginar que iba a tener que esperar ocho meses para que el mítico mercadillo madrileño regresase. Ese día, Margarita tampoco sabía que no volvería a estar con sus hijos hasta junio. Ni a Carmen se le pasaba por la cabeza que el piso de 35 metros cuadrados en el que había empezado a vivir con su marido y sus tres pequeños se convertiría en una jaula. Solo una semana después, sus vidas cambiaron. Y también las del resto de los españoles.

El 15 de marzo de 2020 fue el último domingo del invierno. La primavera estaba a la vuelta de la esquina, pero España amaneció sumida en uno de sus días más tenebrosos. Desde la medianoche del sábado 14 había quedado prohibido salir de casa salvo en contadísimas excepciones.

Un virus desconocido, con una alta mortalidad, se propagaba con gran rapidez y el Gobierno decretó el estado de alarma como la única forma de luchar contra él. Lo que en un primer momento iban a ser quince días se fue alargando durante semanas y aún hoy no hemos podido volver a la normalidad.

La covid nos ha arrebatado muchas cosas, pero sobre todo nos ha arrebatado vidas como las de Antonia, Rosa, Juan Carlos, Antonio, Manuel, Abel... Personas cuyos seres queridos no solo tuvieron que hacer frente al sufrimiento por la pérdida sino también al dolor de no poder despedirse de ellas. El confinamiento también llegó a los tanatorios y hasta eso nos arrebató la pandemia: el derecho al último adiós.

Aquellos 52 días de confinamiento estricto sirvieron al menos para doblegar la curva de la primera ola. Pero la idea de que el virus estaba vencido fue solo un efímero espejismo. En agosto llegó una segunda oleada, que si bien no se presentó tan virulenta, resultó ser la antesala de la tercera. Especialmente después de Navidades los datos de contagios y fallecidos volvieron a dispararse y sobrevoló la posibilidad de un nuevo encierro domiciliario. Y así hasta seis olas completas, con la duda de si habrá una séptima.

La llegada de las vacunas contribuyó a que la incidencia tienda al descenso y el fantasma de regresar al aislamiento en casa suena ya a pesadilla, a una realidad sin precedentes. Un drama de mil caras a la que 20minutos se acercó entonces a través de José Antonio, Margarita o Carmen.

También Laura, Fernando, Vicenta, Ana, Juan Pedro, Mar, Beatriz, Carlos, Salva, Besha o Alicia nos permitieron contar cómo estaban viviendo los ciudadanos aquellos instantes marcados por calles vacías y un silencio atronador que solo las sirenas de las ambulancias y los aplausos en homenaje a los sanitarios rompían.

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Varios inquilinos toman el sol en sus balcones durante el confinamiento domiciliario por el coronavirus.
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¿Cuánto nos queda por vivir en esta pandemia?

 

Por LOLA BELENGUER.

La 'nueva normalidad' post pandemia incluye también el debate de gripalizar la covid y se ha olvidado ya de las cuarentenas por contacto estrecho con un positivo en covid, independientemente de su estado vacunal. La inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles se reconoce "optimista" porque no estamos como a principios de 2020, pero al mismo tiempo recuerda que la pandemia aún no se puede dar por superada. "Estamos en un momento completamente distinto", ómicron ha supuesto un "cambio de etapa" porque "estamos aumentando la inmunidad colectiva entre infecciones y terceras dosis".

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