La Palma no despierta de su pesadilla un mes después: "Me he quedado sin vida y sin pasado"

ESPECIAL | Cuatro semanas han transcurrido desde la erupción del volcán de Cumbre Vieja y los 6.400 evacuados no han recibido aún ayudas económicas ni habitacionales a largo plazo

El día de su 42 cumpleaños, Yésica tuvo que salir huyendo de su casa y ya nunca la volvería a ver. El volcán de La Palma acababa de entrar en erupción y Todoque, el barrio de Los Llanos de Aridane que desaparecería pocos días después bajo la lava, estaba siendo evacuado. Junto a ella, partieron su marido, que también cumplía años ese mismo día, sus dos hijos, sus suegros y su nieta de tres años. Un mes después, todo lo que dejaron atrás, su vivienda, la tienda de ropa que regentaba y todas sus pertenencias personales ya no existen.

"Necesitaba comprobar que era verdad, que ya no me quedaba nada, así que tuve el valor de ir tres días después a recoger unas cosas que tenía dentro de la tienda, escoltada por la UME", relata por teléfono, desde un pequeño piso en la localidad costera de Tazacorte donde se aloja ahora junto a parte de su familia. "Al llegar, miré hacia donde estaba mi casa y solo vi la montaña del demonio".

Los 6.400 evacuados de las zonas afectadas por las coladas de lava no han recibido aún ayudas económicas ni habitacionales y, los que no cuentan con una segunda vivienda, están sobreviviendo en casas de amigos o familiares, a la espera de que los rumores se conviertan en certezas por parte de las administraciones. 

Más de 800 viviendas han quedado ya destruidas por el volcán y el Gobierno canario anunció, el pasado 7 de octubre que había adquirido ya 18 viviendas de nuevas promociones en varios municipios palmeros, las primeras de un total de 93 que espera tener disponibles en mes y medio para realojar a los evacuados.

Yesica, afectada por el volcán: "Necesitaba comprobar que era verdad, que ya no me quedaba nada"

 

"Necesitaba comprobar que era verdad, que ya no me quedaba nada, así que tuve el valor de volver tres días después"

 

"Con nosotros no ha contactado nadie, lo único que se oye es lo de la ayuda de 30.000 euros que, con eso, tú me dirás, ni la ventana de un piso me puedo comprar, y encima sin nómina, cero euros, que ni una hipoteca me puedo pedir", se lamenta Yesica, que se refiere al volcán como si fuera una persona. Le insulta, le trata con desprecio, como se habla de un ejército de ocupación que ha arrasado todo a su paso.

"El volcán se llevó toda mi vida en Todoque y ahora se está llevando toda mi infancia en La Laguna. Ya me quedé sin mi vida y sin mi pasado", declara Yesica que, al contrario que otros muchos vecinos del antiguo barrio de Todoque, no confía en poder reconstruir su comunidad en el lugar donde se ubicaba antes de la erupción. "¿Cuántos años van a pasar para poder quitar esa lava? Yo ya no estoy ni viva. Yo sé que no voy a volver nunca a Todoque ni voy a volver a tener una casa terrera como la que tenía".

 

 

"Te prometen ayudas, pero no terminan de materializarse"

 

Cuatro días después de la erupción, el Ayuntamiento de El Paso, uno de los municipios más afectados, era un hervidero. Ángeles Fernández, la concejala de Servicios Sociales, gestionaba entonces la llegada de una oleada de ayuda solidaria que estaba desbordando todas las previsiones.

"Estamos en el mismo punto de partida, más familias desalojadas a día de hoy, viviendas que estaban manteniéndose, el fluir de la lava se las ha llevado, es impresionante, esto parece que no termina, con el agravante de que las familias empiezan a desesperar", explica, casi un mes después, en una conversación telefónica.

"Te prometen ayudas, pero no terminan de materializarse ni por el Gobierno central ni del Gobierno canario", se lamenta la concejala.

 

Ángeles Fernández, concejala de El Paso.
Ángeles Fernández, concejala de El Paso.
Pablo Rodero
"Esto parece que no termina, con el agravante de que las familias empiezan a desesperar"

 

El miércoles, tuvo que ser desalojado un nuevo barrio de Los Llanos ante el avance de una nueva colada de lava. unos 400 habitantes de La Laguna tuvieron que ser preventivamente evacuados y ahora están sufriendo la misma angustia que padecieron sus vecinos de Todoque hace unas semanas, viendo impotentes como la lava avanzaba lenta e imparable hacia sus hogares.

"Los días van pasando y la gente se va agotando", explica Fernández, que admite que está teniendo problemas para dormir y ha necesitado "echar mano de algún relajante” ante el estrés de estás últimas cuatro semanas. “Las convivencias empiezan a friccionar, tienen que convivir personas que lo han perdido todo con personas que tienen su día a día. Es una catástrofe".

 

Realojados en el hotel de Fuencaliente

 

Los evacuados que no han podido ser acogidos por familiares o amigos han sido realojados en el hotel Princess de Fuencaliente, al sur de la isla. Allí hay ya 287 personas que han ido llegando en distintas oleadas durante las últimas semanas.

"Los últimos han venido aún con el susto en el cuerpo, muchos están preocupados porque no saben si van a perder o no la vivienda”, explica Javier Vellido, director del hotel, la instalación turística, la más grande de la isla. “Los que llevan un tiempo aquí están intentando pasar el tiempo como pueden, se van haciendo sus propios grupos de sus barrios y se acompañan los unos a los otros, dentro de lo mal que se puede estar lejos de su casa, están bien”.

 

Javier Vellido, director del hotel Princess Fuencaliente.
Javier Vellido, director del hotel Princess Fuencaliente.
Pablo Rodero
"Los que llevan un tiempo aquí se van haciendo sus propios grupos de sus barrios y se acompañan los unos a los otros"

 

El sector turístico de La Palma está prácticamente parado desde la erupción a pesar del llamamiento de las autoridades, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la cabeza, para que se siga visitando la isla aún con el proceso eruptivo sin dar visos de remitir.

"Lamentablemente, el turismo en sí ha desaparecido en La Palma, a día de hoy, tenemos cero turistas como clientes", explica el director del hotel, cuyos equipos de animación se siguen empleando en hacer más amena la estancia de los desplazados. "No hay nadie viniendo para acá, es una pena porque lo que queremos dar a conocer es que el resto de la isla sigue a pleno rendimiento, pero hay miedo y expectativa de cómo se van desarrollar los acontecimientos".

 

Cultivos sepultados y tuberías destruidas

 

La lava no solo se ha llevado por delante las viviendas de miles de palmeros, también ha arrasado con el sustento económico de buena parte de la población. En el sudoeste de La Palma se ubicaban unos de los cultivos más productivos de plátano de todas las Islas Canarias.

Buena parte de las fincas, la mayoría de una hectárea o menos, pertenecientes a pequeños propietarios, han quedado sepultadas por la lava. El resto, están inaccesibles después de que las coladas cortaran las carreteras que las comunican con el resto de la isla o no pueden ser regadas después de la destrucción de las tuberías por parte del volcán.

“Cuando la lava llegó al mar sentimos un cierto alivio, pero luego se empezó a expandir por todo el territorio porque es por donde más plana es la isla y está ocasionando un tremendo daño a las familias, a las viviendas y a sus cultivos”, explica Miguel Martín, presidente de la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos (ASPA). “Hay muchas hectáreas que no se pueden regar, lo estamos intentando es poder desalar el agua para regar de nuevo porque la lava se llevó la tubería, la situación es dantesca”.

En Puerto Naos, al sur de las coladas de lava, se han instalado varias desaladoras de agua en una operación de emergencia que busca salvar las plataneras durante el tiempo en el que sean inaccesibles para sus propietarios, quizás meses. El pasado jueves, un buque cisterna atracó en el puerto de Tazacorte para suministrar agua a la zona afectada y reforzar el trabajo de de dos desaladoras que se están instalando en el municipio.

 

 

En total, el volcán ha arrasado ya más de 180 hectáreas de cultivos, de las cuales, más de la mitad son plataneras, en torno a 50 son viñas y apenas 12 son de aguacates. El Gobierno de Canarias anunció el 8 de octubre la puesta en marcha de un paquete de ayudas compensatorias por un valor de 10,5 millones de euros para el sector primario.

Más allá de las zonas de cultivo directamente afectadas por la lava, la ceniza está cayendo en buena parte del resto de la isla y las consecuencias que tendrá sobre las frutas aún sin recoger son desconocidas. “No sabemos aún la afección de la ceniza al resto de cultivos como el aguacate o la vid y tampoco hay protocolo de actuación para volcanes”, explica Martín, que tiene cultivos en una de las zonas que están afectadas por la lluvia de ceniza y que cifra en un millón de kilos semanales la cosecha perdida desde el inicio de la erupción en toda La Palma.