La modelo británica de 20 años Karima Adebibe representará a la heroína virtual, más sexy que nunca gracias a la tecnología, en la séptima entrega del videojuego ‘Tomb Raider: Legend’.
Año 1996. Tomb Raider se convirtió en el primer juego que tuvo éxito a la hora de combinar los géneros de la acción y la aventura. El juego se centra en la exploración y la resolución de puzzles, pero hay también muchas fases de combate.
En la primera entrega de Tomb Raider, Lara fue contratada por Jacqueline Natla para localizar un misterioso artefacto que se rumoreaba estaba enterrado en una tumba peruana.
Año 1997. El juego prosigue con su combinación de acción y aventura, pero la secuela incluye más momentos de combate que el original. Esta vez consta de 16 niveles, más otros dos de menor tamaño al final.
En esta segunda entrega, Lara Croft acude en la búsqueda de la legendaria Daga de Xian. Buena voluntad argumentística, aunque los gráficos dejan bastante que desear.
Año 1998. Viendo el éxito de las entregas anteriores, Lara regresó con una nueva entrega plena de acción y aventura.
La protagonista de Tomb Raider viaja a la India tras la pista de la Piedra Infada. Los desarrolladores han descubierto un filón en esta saga y no quieren dejarlo escapar.
Año 1999. En esta entrega Lara regresa a sus raíces, teniendo que entrenarse. Los niveles de entrenamiento están ambientados en Camboya en 1984.
En esta entrega se perfecciona a la protagonista de la historia todo lo posible. Este es el resultado.
Año 2000. Con este título muchos se temían lo peor: Lara ha sido dado por muerta, por lo que todo comienza con un presunto servicio funerario en torno a su memoria.
Lara abandona el look a lo Indiana Jones y se convierte en una guerrillera de pro. Hay que adaptarse a los tiempos para no cansar, y los desarrolladores lo saben.
Año 2003. Tras su cercana muerte en Egipto, Lara se ha vuelto más fría y calculadora, con un alma mas oscura.
Ya estamos en el año 2003 y eso se nota. El nivel de detalle de la protagonista ha mejorado mucho, y también los escenarios que la rodean.
Como se puede comprobar, la imagen de Lara tiene poco o nada que ver con las de sus primeras entregas.