Los indonesios tuvieron que desplazarse más allá de los edificios destrozados en la ciudad de Gunungsitoli, en la isla indonesa de Nias, después del temblor. Unas 2.000 personas han perdido la vida en este terremoto que tuvo lugar durante la madrugada.
Tarmizy Harva/REUTERSMuchas personas buscan entre los escombros de un área de compras a la gente que se haya podido quedar atrapada en la ciudad de Sibolga, al norte de Sumatra.
Crack Palinggi/REUTERSLos residentes locales en la isla tailandesa de Phuket tuvieron que salir de sus casas y evacuar la zona, después del terremoto que azotó la costa de Sumatra.
Stringer/REUTERSDos niños esperan al lado de su madre herida ayuda médica después del terremoto. El desastre del tsunami, tan reciente, ha hecho que la población haya sido presa del pánico con este nuevo seísmo.
Suzanne Plunkett/STF-APEste niño se llama Aro, está siendo atendido por los médicos y ha sido afortunado, miles de personas han muerto en el terremoto que azotó anoche la isla de Sumatra.
Suzanne Plunkett/STF-APEn el instituto de investigación de Geoscientific, el sismólogo Xiaohui Yuan señala un monitor que muestra el gráfico del terremoto, de 8.7 grados, que ha tenido lugar en la isla de Sumatra.
Fabrizio Bensch/ReutersA pesar de que la población local tiene mucho miedo a que vuelva a producirse un tsunami asesino y de que anoche todos los turistas fueron desalojados de sus hoteles, esta mañana no parecía que un terremoto había acabado con la vida de 2.000 personas. Visitantes como el noruego Aleksander Kuist Aronsen (imagen), de 20 años, jugaban hoy en la playa de Patong, al sur de Tailandia, pocas horas después de que un terremoto de 8,7 azotara la costa de Indonesia.
Rungroj Yongrit/EFEImágenes como esta se repiten hoy en la isla de Nias. Una madre llora sobre el ataúd de su hijo, que murió en el seísmo que asoló la zona el pasado 28 de marzo, en una iglesia en Gunung Sitoli. Los equipos de rescate indonesios continuan la búsqueda de víctimas atrapadas entre los escombros de los edificios que se derrumbaron durante el fuerte terremoto.
Weda/EFE