Una muñeca atada a un árbol en medio de la tormenta que proviene del huracán Wilma en el centro comercial de Naples, cerca de Miami.
Gerardo Mor/EFEVientos huracanados. Tras tensos días de espera, finalmente el Wilma ha tocado tierra este jueves en territorio mexicano, en la isla de Cozumel, en la Península de Yucatán. Más de 4.000 turistas españoles estaban refugiados en la zona.
Daniel Aguilar / ReutersDesde el cielo. La fotografía del satélite muestra al Wilma sobre la Península de Yucatán. El huracán irrumpió con vientos de más de 200 kilómetros por hora.
EFETestigo directo. Imagen recogida por Rodrigo en http://www.flickr.com/photos/malakian/ enviada por un amigo que está viviendo en primera persona el paso del huracán. Desde el balcón se aprecia una de las vías principales de Cancún con el famoso bar Señor Frogs.
Kevin Alexander MurckoViolencia marítima. Otra foto de Kevin recogida por Rodrigo en la que se ve el agua inundando la calzada.
Kevin Alexander MurckoDestrozos. Los vientos que precedieron a la llegada del Wilma causaron estragos en Cancún. Después, la zona entró en un periodo de tensa calma a entrar bajo el ojo del huracán.
Daniel Aguilar / ReutersPlaya del Carmen. Residentes de la localidad situada frente a la isla de Cozumel, en la Península de Yuicatán, en un refugio tras ser evacuados de sus casas.
Henry Romero / ReutersPlaya interior. Muy diferente es este otro refugio, para turistas, en un gimnasio de Cancún. Es un local más grande, aunque el hacinamiento es patente.
Daniel Aguilar/REUTERSA salvo en Barajas. Una turista navarra procedente de la Riviera Maya cuenta su experiencia a los medios de comunicación a su llegada al aeropuerto madrileño. Salieron en los últimos vuelos antes de la llegada del huracán. "Los cristales los cubrían con planchas de madera", relató.
J. C. Hidalgo / EfeUn grupo de trabajadores reparte agua a turistas y habitantes de la zona tras el paso del Huracán Wilma, que se mantuvo estacionado varios días en este lugar del caribe mexicano.
Jorge Nuñez/EFEAspecto de la zona hotelera en Cancún tras el paso del huracán Wilma, que ahora se desplaza a aguas del Golfo de México.
Moisés Pablo/EFELos famosos centros vacacionales del Caribe mexicano estaban el domingo con el agua por las rodillas después de que el huracán Wilma arrasara el área arrancando árboles, destruyendo casas y matando a al menos seis personas, mientras se dirigía hacia Florida. Tres días seguidos de viento y lluvia provocados por la tormenta dejaron a las ciudades costeras severamente inundadas, y a miles de apesadumbrados turistas pasando el sábado su tercera noche en oscuros y viciados refugios sin agua y con los alimentos escaseando. En la imagen, saqueadores se llevan artículos de electrónica de una tienda tras el paso del Wilma, en Cancún, México, el 22 de octubre de 2005. REUTERS/Daniel Aguilar
ReutersEl huracán Wilma destruía a su paso el sábado las paradisíacas playas del Caribe mexicano con intensos vientos y lluvias, y amenazaba con provocar graves daños, así como pérdidas de vidas, mientras se desplazaba por la península de Yucatán. Los vientos derrumbaron casas, arrancaron árboles y dejaron a miles de turistas atrapados en refugios colmados de gente. En la imagen, un hombre atraviesa una calle inundada en Cancun, México, el 21 de octubre de 2005. REUTERS/Daniel Aguilar
ReutersUnos cubanos comen en una cafetería de la calle Hospital, con el malecón inundado debido a la subida del mar por encima de la línea costera de La Habana tras el paso del huracán Wilma.
STR/EFELas olas del mar en la esquina de San Lázaro, en La Habana. El malecón se encuentra inundado debido a la subida del mar.
STR/EFETras el impacto. Un marinero vigila una destruida calle de Cozumel, la isla en la que tocó tierra Wilma en territorio mexicano. Las autoridades mexicanas comienzan ahora la reconstrucción.
Henry Romero / REUTERSAparcamiento prohibido. La fuerza del Wilma dejó este barco en medio de la calle en el centro de Cancún.
Daniel Aguilar / REUTERSCuba veneciana. Dos cubanas miran el romper de las olas en el El Malecon. El Wilma, que ya ha pasado por la zona, siguió agitando el mar tras su paso por el Caribe.
Claudia Daut / ReutersTras la tempestad, la energía. Cientos de personas esperan con bidones para llenar de gasolina en Miami, Florida. La mayoría de las estaciones de servicio desde Palm Beach hasta Miami no tienen electricidad.
John Riley / Efe