Con la aparición del nuevo disco microsurco, las portadas se diseñaron e imprimieron con una calidad inusual en las viejas fundas de discos de pasta. Aumentó la calidad de las impresiones y el color, alternándose los retratos dibujados o fotográficos para el lanzamiento de los nuevos ídolos musicales.
Las mejores portadas seriadas de los primeros años del vinilo, de 1954 a 1959, llevan las firmas de Tran Picart le Doux, Le Ronloi, Fulvio Bianconi, J. Espinosa y S. Cañizares.
Algunos ilustradores y dibujantes de finales de los años 50 diseñaron numerosas portadas con dibujos claramente humorísticos, en la línea publicitaria internacional del cartelismo suizo y francés, así como portadas tipográficas de una sencillez y colorido netamente pop. Algunas veces utilizaban recursos tipográficos y geométricos para representar el ritmo de los nuevos bailes de moda o los grupos musicales.
La modernidad musical en Italia vino de la mano del Festival de San Remo. A imitación del famosos festival, en España se implantaron el Festival de Benidorm y el de la Canción del Mediterráneo, así como el de Eurovisión, exponentes de la moderna canción melódica europea.
Con el tocata eléctrico de maleta vuelven los guateques, término cubano que significa reunión. Los jóvenes llevaban sus álbumes de discos y bailaban en el rocanrol, el twist, la yenka y el madison. Bebían refrescos y bailaban bailes “agarrados”. En las portadas de los discos, retratos de los ídolos juveniles en brillantes colores, con poses roqueras o de juvenil despreocupación, al modo de la revista francesa “Salut les copains”. Los dibujantes S. Cañizares, J. Cobo y el genial José Bort impusieron un nuevo estilo de portadas pop orientadas a los más jóvenes
Los ídolos populares en los guateques eran Elvis Presley, Paul Anka y Brenda Lee, los europeos Johnny Hallyday, Sylvie Vartan, Mina y Adriano Celentano. Triunfaban también argentinos, mexicanos y españoles como Los 5 latinos, Rocío Durcal, los Teen Tops y los Pekenikes.
Desde finales de los años 50 a finales de los años 60, las portadas de los discos reflejaron los sorprendentes cambios operados en una sociedad española en continua ebullición.
RCA se distinguió por la intensidad cromática de las fotografías y la utilización de los estilos vanguardistas, como éste de Silvie Vartan, la hermosa esposa del rockero Johny Halliday.
La holandesa Philips creó una estética propia con diseños de una deslumbrante modernidad y grandes dibujantes como Bort.
La era clásica de la música de cine fue la de los años 40 y 50. No sólo triunfaron infinidad de canciones compuestas para los títulos de crédito de las películas, también las melodías principales de la banda sonora, interpretadas por infinidad de cantantes y orquestas de moda. Lo mismo que los musicales de Broadway en su versión cinematográfica hollywoodiense. Las imágenes de las películas y la adaptación local de los diseños de los carteles de cine ilustraron la mayoría de las portadas de decenas de discos de música de cine.
Junto a la pujanza de los boleros y la canción mexicana, el ritmo del calipso de Trinidad y la samba brasileña se convierte en los favoritos de las grandes orquestas de todo el mundo, cuyo modelo fue Xavier Cugat.
El diseño de las portadas de “música caliente” destaca por sus colores tórridos, la sensualidad de las rumberas y la proliferación de dibujos de bongos, marimbas y maracas.
Los “chill out” y la vuelta de la música orquestal como “lounge music” ha puesto de moda lo que en los años 40 y 50 se denominaba “música para enamorados”. Las portadas de estos discos orquestales, con una pareja mirándose con arrobo, se han convertido en clásicos del diseño kistsch y sus melodías, tan “dulces como encantadoras”, en epítomes de la mejor música de ascensor para un cóctel posmoderno. La casa RCA fue el cultor máximo de estos diseños para melómanos enamorados y Belter editó una colección de álbumes antológicos.
Los Rolling Stones, junto con Bob Dylan y los Beatles, fueron los renovadores de una forma nueva de entender la música. En 1967, el LP “Sargent Pepper's” revolucionó el mercado discográfico mediante una concepción global del diseño de la portada del disco, realizada por el pintor pop Peter Blake. El Pop Art, el Op Art y la Psicodelia llenaron de colores los discos de la era de las drogas y el enrolle musical.
El éxito de los discos de los Beatles y los Rolling Stones cambiaron el rígido esquema estético de las casas discográficas y eliminaron del mercado el disco de cuatro canciones, sustituido por el LP hasta su desaparición a finales de 1980.
Convenientemente adaptados, los estilos vanguardistas aparecen ocasionalmente en las portadas de los discos: El surrealismo daliniano y los brochazos pictóricos del impresio-nismo abstracto en la RCA; diseños geométricos típicos de la abstracción formal de Josef Albers para la casa Command, editados en España por Hispavox; ocasionales colaboracio-nes del escultor Andreu Alfaro. Tápies, Miró y el Equipo Crónica para algunas portadas de Raimon; y, ya en los años 60, la concepción completa del diseño de Edigsa, editora de la “Nova cançó”, por Jordi Fornas, colaborador de Sandro Bocola en la firma “Pentágono”, con las fotografías en blanco y negro de Oriol Maspons, al modo de las realizadas para Biblioteca Breve.