Muchas lágrimas en Catania. Varias personas no pudieron reprimir la emoción durante el funeral de Filippo Raciti, asesinado por aficionados durante un partido de fútbol que enfrentaba a Catania y Palermo la semana pasada.
STF / EfeSus hijos. Los hijos de Filippo Raciti, Fabiana (d) y Alessio (i), durante el funeral.
Orietta Scardino / EfeMultitudinario funeral. Miles de personas se congregaron en las calles de Catania e inmediaciones del "Duomo" (Catedral) para asistir al funeral del inspector de policía.
Orietta Scardino / EfePortando el féretro. El hijo pequeño del policía asesinado acompañó a los compañeros de su padre camino a la iglesia.
Franco Lannino / EfePrimeras bengalas. La grada del estadio del Catania ya estaba poblada durante todo el partido por bengalas y pertardos, además de otro tipo de gases.
REUTERSSalta un perro. El caos se adueñó del estadio y hasta un perro hace acto de aparición en esta locura de partido.
REUTERSAire irrespirable. A causa de los gases, petardos y bengalas lanzadas al terreno de juego, y entre aficionados, muchos de ellos se tienen que tapar la nariz y los ojos, ya que el aire se hacía irrespirable.
REUTERSLos jugadores tienen que ser atendidos. Varios jugadores de ambos equipos tienen que acudir a sus banquillos respectivos para darse agua y aliviar sus ojos, a causa de los gases lanzados desde la grada.
REUTERSImagen de la grada. Así es como se veía desde el mismo terreno de fútbol el gradería del estadio de Catania. La imagen habla por sí sola. ¿Qué estarían pensando los jugadores?.
REUTERSAficionado herido. Un aficionado, con la mano sangrando, tiene que ser atendido por el personal del estadio.
REUTERSComo una ciudad en guerra. Catania parecía que estaba en guerra. Imágenes de la ciudad, totalmente arrasada por los hinchas de los equipos. Lamentable.
REUTERSLos medios se hacen eco. Los medios de comunicación italianos se hacen eco de la tragedia ocurrida y de todos los incidentes fuera del estadio. Podemos apreciar a los aficionados en medio del fuego. Bochornoso.
REUTERSEsposa destrozada. La esposa del inspector Filippo Raciti, llora sobre el hombro de su amigo tras perder a su marido, que ha fallecido tras ser alcanzado por una carta-bomba.
REUTERSContenedores quemados. La ciudad completamente arrasada por los hinchas radicales. Los contenedores totalmente calcinados, como ejemplo de su deplorable acción.
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