Felicidades al Arsenal. El equipo inglés fue la otra cara de la moneda: felicidad absoluta. Así es la épica del deporte: hay vencedores y vencidos, aunque en esta ocasión el vencido se llevará también parte de la gloria que se reserva a los campeones.
Sergio Perez/ REUTERSTristeza. Dicen que Riquelme es un jugador introvertido y poco expresivo. Pero esta imagen suya simboliza toda la tristeza que se apoderó de todos los presentes en El Madrigal. Hasta el presidente del Villarreal, Fernando Roig, lloró.
Juan Carlos Cárdenas/EFEEl milagro llegó en forma de penalti. Nadie apostaba por el Villarreal, pero en el minuto 88 el árbitro pitó un penalti a favor del "Submarino amarillo" que a esas alturas ya estaba tocado y casi hundido. Se abrían las puertas de la final de la Champion. En la imagen, Riquelme besa el balón justo antes del lanzamiento ante la atenta mirada del árbitro.
Juan Carlos Cárdenas/EFESólo quedaba rezar. Pasaban los minutos y el gol no llegaba. Sólo quedaba rezar a la espera de un milagro. Precisamente eso es lo que parece estar haciendo Forlán: rezar. Pero no, el delantero uruguayo se lamenta tras fallar una oportunidad de gol.
Sergio Perez/REUTERSDesesperación. El Villarreal fue superior en todo al Arsenal excepto en el marcador. A pesar de que dominaba y de que creaba oportunidades, el ansiado gol se resistía. A medida que avanzaba el tiempo, los jugadores del Villarreal se desesperaban, especialmente Guille Franco (en la imagen), que tuvo varias oportunidades.
Sergio Perez/REUTERSVillarreal era una fiesta. En Villarreal todos los aficionados del Villarreal estaban convencidos de que el equipo iba a pasar a la final. El sueño estaba más cerca que nunca. Todo era alegría al principio.
Juan Carlos Cárdenas/EFECesc, la joya de la corona...española. No fue su mejor partido, pero Cesc cumplió y demostró que tiene talento a espuertas. En la imagen, Sorín intenta pararle como si de un misil tierra-tierra se tratara.
Fernando Bustamante/AP PhotoDolor. Quique Álvarez, central por accidente dadas las bajas del Villarreal en el centro de la defensa, se torció el tobillo y se lesionó. Aguantó en el campo porque el tobillo estaba aún caliente. Seguro que a estas horas tiene un buen esguince.
Tom Hevezi/AP PhotoArbitraje casero. De ninguna otra forma se puede calificar la actuación del árbitro, el austriaco Konrad Plautz. El señor Plautz no pitó un clamoroso penalti que le hicieron a Jose Mari. Inexplicable. Riquelme protestó y vio la tarjeta amarilla. Injusto.
Dylan Martinez/REUTERSTouré marcó el gol. Touré fue el autor del único gol del Arsenal. Lo celebró por todo lo alto. Aquí le vemos abrazándose a Cesc.
Dylan Martinez/REUTERSEl preciado objeto de deseo. El viejo estadio de Higbury va a ser demolido y el Arsenal tendrá la temporada que viene un nuevo estadio. El partido contra el Villarreal fue el último de la Liga de Campeones que se jugará en este estadio. La UEFA quiso homenajear a este templo del fútbol y llevó el trofeo de la Champions a Higbury. Higbury se refleja en el trofeo, preciado objeto de deseo para cualquier equipo europeo.
Sergio Perez/REUTERSUn espectador inesperado. La anécdota graciosa del partido la protagonizó una ardilla que se coló en el campo y obligó a interrumpir durante unos segundos el juego. Era una ardilla inglesa. Quizá por eso se cruzó delante de Forlán cuando éste iba a pegarle a la pelota.
Gerry Penny/EFE/"Amarillo el submarino es". La canción del "Submarino amarillo" sonó con fuerza en las gradas de Higbury. Casi 2.000 aficionados tan animosos como el que aparece en la imagen cantaron el himno oficioso del Villarreal. Hubo un gran ambiente en el estadio del Arsenal.
EFE/Geoff Caddick