Cómo aprovechar al máximo el espacio de la nevera y que la comida dure más tiempo
Navidad es sinónimo de compras y también de banquetes, de mucho comer y beber. En España, gastamos y comemos más que nunca y lo hacemos no durante dos, acaso tres días, como en el resto de Europa, sino durante muchos más: desde la cena de Nochebuena hasta la comida de Reyes.
Tiramos la casa por la ventana: intentamos comprar lo mejor y disfrutarlo con la familia. Ya no es el agujero en el bolsillo con el que empezamos enero, sino que ponemos a prueba nuestras ganas de comer, nuestra habilidad como cocineros y también la capacidad de nuestra cocina para dar a basto con tanto género y actividad.
Los banquetes navideños ponen a prueba nuestra capacidad de organización. Entra y sale mucha comida (también muchas personas, demasiadas); primero fresca, luego cocinada. Es un reto para la logística de la cocina. Y en ello juega un papel fundamental nuestra nevera.
Cómo aprovechar al máximo la nevera
Para empezar, unas semana antes hay que vaciar todo lo que podamos la nevera y el congelador. Se trata de tener espacio. Nos deshacemos de todo lo que esté caducado o estropeado y consumimos los días previos todo lo posible.
Además, las bebidas de la Navidad pueden quedar de momento en el exterior más frío, o sea, en la terraza o balcón. Estamos en diciembre. Luego bastarán dos horas de horitas de nevera para estar suficientemente fríos.
La temperatura más fría posible
Conviene que nuestro frigorífico tenga la temperatura más adecuada para estas fechas. Los fabricantes recomiendan que la nevera esté entre 3 y 5 grados y el congelador entre -18ºC y -22ºC. Puesto que en navidades almacenamos más comida, cocinamos más (tenemos una cocina a más temperatura) y no dejamos de abrir y cerrar la puerta de este electrodoméstico, conviene seleccionar temperaturas más bajas: 3ºC para la nevera y los -22ºC en el congelador.
Además, debemos tener en cuenta que la puerta es la zona con temperatura menos baja de nuestro frigo. Por eso y por el trasiego, la zona menos fría debemos tenerla para almacenar alimentos como bebidas, leche, huevos, salsas industriales o chocolates.
La planificación es la que nos ayudará a aprovechar el espacio de nuestra nevera. Todo lo que cocinemos con antelación a los grandes banquetes y todo lo que con el paso de los días almacenemos como sobras, debemos guardarlo en recipientes ajustados a su tamaño.
Recipientes cuadrados o rectangulares
En lo posible debemos evitar recipientes redondos y usar los cuadrados o rectangulares, que aprovechan mejor el espacio. Para el caso del congelador, mejor bolsas, que se adaptan mejor y ocupan menos sitio. Y ya si queremos hacerlo de 10, podemos etiquetar cada bol, táper o bolsa que almacenemos.
Por cierto, con los platos, boles y hasta cazuelas que utilicemos para guardar comida en el frigo, nada de papel de aluminio. O de otra manera, lo más indicado es usar film transparente. Éste sí evita que se mezclen aromas y lo más importante, evita las contaminaciones cruzadas.
La temperatura importa. Debemos evitar en lo posible meter a la nevera comida caliente o que no esté a temperatura ambiente. Hacerlo perjudica la capacidad de hacer frío de nuestro electrodoméstico y puede estropear potencialmente el resto de alimentos de su interior.