Brócoli, esa verdura virtuosa: cómo elegir y conservar las mejores piezas
- Cuando empieza a amarillear indica que ha perdido vitaminas y minerales.
- Comer legumbres a diario, ¿es realmente bueno?
- Rica y picante, receta de salsa brava para oreja de cerdo.
El brócoli es una hortaliza virtuosa. Está considerada una superverdura. Tiene el mayor aporte nutricional por unidad de peso comestible y contiene una elevada cantidad de vitaminas. Hay que comer brócoli.
Cada vez consumimos más, pero es muy posible que casi todos cometamos el mismo error: quedarnos con las flores y tirar el tallo. Es un error porque esta parte tiene las mismas propiedades que puede tener la cabeza, aunque en menor intensidad.
El tallo es rico en nutrientes. Contiene carbohidratos y proteínas, tiene mucha fibra y pocas grasas y es rico en vitaminas B1, B2, B6, C, K, A, calcio y hierro. El brócoli en general aporta tanta vitamina C que una ración de 200 gramos contiene más de tres veces las recomendaciones diarias de esta vitamina.
No lo debemos lavar antes de meterlo en la nevera: el exceso de humedad favorece la aparición de moho
Además, el brócoli puede ayudar a los diabéticos porque en el trono se encuentra una sustancia llamada sulforafano, un antioxidante fitoquímico que tiene propiedades inflamatorias.
Cómo elegir el mejor y cómo conservarlo
El brócoli debe tener un color verde intenso. Ese es el indicador de su alto contenido en provitamina A (principalmente en forma de beta-carotenos), que refuerzan nuestro sistema inmunológico.
Si lo vamos a comprar fresco, hay que tener en cuenta que cuando empieza a amarillear indica que ha perdido vitaminas y minerales. Es aconsejable consumirlo en 3 o 5 días después de adquirirlo y en caso contrario, congelarlo.
Como la mayoría de verduras, el brócoli fresco no debe lavarse antes de meterlo en la nevera, ya que el exceso de humedad favorece la aparición de moho. Ya en el frigorífico, se guarda en bolsas de plástico grandes o perforadas, si no está protegido por un film.
En el caso de brócoli congelado, lo pasamos a bolsas isotérmicas para conservar la cadena de frío desde el origen hasta su hogar y mantener así todas sus propiedades.