¿Te pilla la ola de calor con las botellas sin enfriar? Recuerda cómo conseguirlo de forma exprés
- Hay un truco que permite enfriar cualquier botella en apenas 5 minutos.
Asados y hasta abrasados. Así vivimos en plena la de calor. Que nadie se lleve las manos a la cabeza: se llama verano. Lo cierto es que catorce comunidades autónomas permanecen en alerta por calor, dos de ellas en riesgo extremo (Aragón y Cataluña) y otras ocho en nivel naranja (Andalucía, Baleares, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Navarra y La Rioja).
Así que viviendo y durmiendo (se intenta) entre brasas, corremos a estar en una terraza, vestidos sólo con una cerveza o un helado. Y si estamos en casa, cerca del aparato de aire acondicionado (quien luego pueda pagar la factura) o de la nevera.
Es en esta parte extrema del verano cuando necesitamos tener bien equipado el frigo: que haya muchas cosas frescas y frías. Pero, ¿qué pasa cuando una ola de calor como ésta nos pilla con las botellas sin enfriar?
A todos nos ha pasado: venir del 'súper' cargados de latas y botellas, y necesitar que todo esté milagrosamente frío... pero ya. Hay truco, sí. Conviene recordarlo en estas fechas. Podemos enfriarlo todo y hacerlo de forma exprés. Cuando decimos exprés, decimos en apenas 5 minutos.
El milagro del cloruro sódico
Es sencillo. Metemos nuestra botella (sea de lo que sea) en una cubitera. Si no tenemos nos va a valer una olla o cazuela suficientemente profunda. Echamos hielo, agua y... sal.
El cloruro sódico es lo que cambia las cosas y multiplica la velocidad de enfriado. Así que cuanta más sal antes se enfriará nuestra botella o lata. En apenas 5 minutos (incluso menos) nuestro refresco, cerveza o botella de vino estará bien helada. ¿Por qué la presencia de la sal obra el milagro? ¿Cómo se explica esa potencia enfriadora?
Al disolverse en el agua, la sal absorbe energía y se crea una reacción endotérmica. Si sólo hubiéramos puesto hielo y agua la transmisión de la temperatura (del frío en este caso) hubiera tenido lugar por el aire. En cambio, la sal hace que la transmisión tenga lugar a través del agua, que conduce mucho más rápidamente la temperatura. ¡Viva la ciencia!, que nos ayuda a pasar los tórridos veranos.