El trozo de chocolate de hace 118 años que apareció intacto en el vestido de la hermana del último zar de Rusia

Trajes de gala, personalidades de la época, banquetes de categoría... nos imaginamos las fiestas de gala de la aristocracia rusa antes de la Revolución como un auténtico homenaje al lujo, al comercio y al bebercio. 

En más de una ocasión nos ha pasado eso de acudir a una cena y llenarnos en el cóctel o probar un canapé que no nos agrada demasiado y no sabemos dónde dejarlo de una manera discreta para que nadie nos vea. Bien, pues esto también ocurría en la época de los zares en Rusia, y prueba de ello es el pedazo de chocolate que se ha encontrado recientemente en la manga de un vestido que perteneció a Ksenia Aleksándrovna, hermana de Nicolás II, el último zar de Rusia.

Un bombón con más de 180 años

En el Museo del Hermitage en San Petersburgo se pueden visitar elementos históricos y objetos que en su momento pertenecieron a la aristocracia rusa. Entre esas pertenencias se encontraba uno de los vestidos de gala de Ksenia Aleksándrovna, la hermana del último zar. 

Hace unas semanas, los trabajadores del museo descubrieron escondido en la manga de un vestido de Aleksándrovna una pieza que, a simple vista parecía un pedazo de chocolate. 

El bombón se encontró en la manga de un vestido que la hermana del zar lució en un baile que tuvo lugar en febrero de 1903 en el Palacio de Invierno y cuyos visitantes lucieron trajes enjoyados al estilo siglo XVII, según informan desde el museo en el vídeo publicado en su cuenta de Instagram. 

El pedazo de chocolate que se encontró en la manga está mordido y Nina Tarásova, comisaria de la colección de disfraces del Departamento de Historia de la Cultura Rusa, señaló que posiblemente, durante la gala, la duquesa no encontró lugar para dejar el dulce que había probado y optó por guardárselo en la manga.

Señaló que el chocolate fue enviado para su análisis y se determinó que en más de un siglo no se habían formado bacterias patógenas, ni siquiera moho.

El chocolate ruso, un placer con dos creadores

El bombón encontrado en la manga del vestido de la hermana del zar demuestra que en aquella época en rusia, al menos entre la aristocracia, se consumía este alimento que ha recorrido el mundo. 

Mientras que algunos aseguran que el chocolate llegó a Rusia de manos de Pedro el Grande, otra versión afirma que fue Catalina la Grande la encargada de llevar este alimento al país. Sea quien fuere quien introdujo el chocolate en Rusia, no se puede concebir la historia de este alimento de cacao en este país sin hablar del chocolate rojo de octubre y del chocolate Babaevskiy.

En 1850 el comerciante alemán Ferdinand Theodor von Einem abrió una pequeña fábrica en la calle Arbat y comenzó a hacer chocolates. En 1867, en terraplén de Santa Sofía, en Moscú, se inauguró el edificio con una moderna máquina de vapor de Europa con la que consiguió ampliar la producción.

La fábrica de Einem no paró de ganar fama, y después de la revolución de 1918, la empresa fue nacionalizada y renombrada como fábrica de chocolate "Octubre Rojo" en conmemoración de la revolución de 1917. "Octubre Rojo" se convirtió en una de las marcas de chocolate más simbólicas del país. 

Babaevsky es otro de los nombres clásicos de chocolate en Rusia. La historia de esta marca tiene su origen más de 200 años atrás a manos de un antiguo siervo de un pastelero, famoso por sus dulces de frutas. Este pastelero era conocido como Abricosov (de la palabra rusa albaricoque), que luego se convirtió en el apellido oficial y fue heredado por sus hijos y nietos.

Alexey Abricosov, el nieto de Abricosov junto con su esposa Agrippina abrió una pequeña fábrica de mermeladas y dulces que con los años fue creciendo en popularidad. 

Tal era la fama de esta fábrica que en 1899 la sociedad recibió el título honorífico de “Proveedor de la Corte de Su Majestad Imperial". Después de la revolución, como todas las empresas de la Rusia del Zar, las fábricas fueron nacionalizadas en 1919 y unos años más tarde rebautizadas como fábrica de Babayev.