El truco del pintalabios para extender la mantequilla en las tostadas sin romperlas
En España siempre hemos escuchado que el desayuno es la comida más importante y, para muchos, una tostada con mantequilla es su mantra para empezar el día con buen pie. Sin embargo, uno de los problemas más comunes al untarla es la tendencia a romper la tostada cuando la mantequilla está fría y es difícil de esparcir.
En este punto entra en juego el truco viral del pintalabios. Y si tú también quieres saber en qué consiste, aquí te explicamos paso a paso cómo llevar a cabo este truco para disfrutar de una tostada con mantequilla sin esfuerzo y sin romperla.
Pintalabios de mantequilla
Para hacer este truco solo necesitamos un pintalabios vacío y completamente limpio. Para asegurarnos, lo mejor es lavarlo con agua caliente y jabón, eliminando así cualquier residuo de maquillaje. Después lo dejamos secar muy bien.
Por otra parte, hay que tener mantequilla, y aquí entran dos opciones para poder cargar el pintalabios. La primera consiste en hincar la barra del labial en la mantequilla hasta que se llene, y la segunda opción, e igualmente la más limpia, consiste en derretir la mantequilla en el microondas, verterla en el pintalabios y dejar que se enfríe para poder usarlo.
Con este truco, tan solo tendrás que abrir la barra de “pintalabios”, que ahora es de mantequilla, y untar las tostadas sin ese miedo a que se nos rompan por hacer mucha fuerza para extenderla, ya que lo hará de forma suave. Además, de esta forma también nos aseguramos de utilizar la cantidad justa, ni más ni menos.
Otros trucos para extender la mantequilla
Aunque el truco del pintalabios de mantequilla es el más novedoso y viral, existen otros que nos pueden ayudar a untar bien nuestras tostadas. Por ejemplo, si no tenemos mucho tiempo, un ‘tip’ rápido es rallar la mantequilla fría con un rallador de queso. De esta forma se ablandará casi al instante, y podremos extenderla sin problema.
Otro truco muy eficaz para untar la mantequilla de forma sencilla y sin romper el pan consiste en calentar el cuchillo. Para ello, basta con meterlo en un vaso con agua caliente durante 30 segundos. Después, lo secamos bien y cogemos la porción de mantequilla que queramos, que se ablandará por el calor y se manipulará mucho mejor.