El tradicional pastel portugués cuya receta solo conocen cuatro personas en el mundo

Viajar a Lisboa es disfrutar del encanto de esta ciudad bañada por el río Tajo, de su ambiente bohemio y de sus imponentes construcciones donde, en el barrio de Belém, encontramos unos de los secretos mejor guardados de la capital lusa. 

Si has visitado Portugal habrás comido francesinha, mucho y muy buen bacalao preparado de infinitas maneras, y por supuesto, pastéis de Belém, el dulce por excelencia en el país vecino. 

Es bastante habitual encontrarnos estas tartaletas dulces rellenas de crema, no solo en Portugal, sino en las pastelerías de nuestro país, aunque ojo, no es pastel de Belém todo lo que reluce.

Una receta secreta

"Los pastéis de Belém se hacen aquí desde 1837 y no son pasteles de nata, son diferentes y muy buenos", asegura la supervisora de la pastelería Pastéis de Belém, en Lisboa. 

Según afirman desde el local, mientras en cocina preparan estas pequeñas piezas, "el hojaldre está hecho de una manera muy especial y la crema del relleno es diferente de todo lo que hayas probado".

"Son otra cosa, y nuestra receta es secreta desde 1837", afirma la supervisora de este local donde se prepara la auténtica receta de pasteles de Belém. Entre los ingredientes de este relleno que sí se pueden contar, desde esta pastelería aseguran que lleva leche, harina, mantequilla y huevos, aunque el resto de los ingredientes de esta receta son secreto profesional. De hecho, solo los conocen cuatro personas en el mundo. Desde el local enfatizan en que, los pasteles de Belén, no llevan nata en su receta, al contrario de los pasteles de nata, unas pequeñas piezas dulces casi imposibles de diferenciar a simple vista. 

Estos pequeños pasteles tienen una parte de proceso manual, y es que como bien explica la supervisora de este local, en las cocinas se extiende con la mano la base de hojaldre en el molde, ya que, hasta la fecha, no existe una manera de que las máquinas puedan replicar este paso. 

"Nadie puede vender pasteles de nata bajo el nombre de pasteles de Belém porque es una marca registrada y solo se producen aquí", sentencia la supervisora, haciendo énfasis en la exclusividad de estos pequeños dulces que están para chuparse los dedos.