El local que vende donuts veganos en Madrid: del clásico de chocolate a rellenos sorpresa
Es bien sabido (y comido) que de las recetas clásicas surgen combinaciones atrevidas, algunas acertadas y otras quizás no tanto. Las hamburguesas es una de esas elaboraciones que se han versionado sobremanera, ejemplo de ello es la hamburguesa de Takis y Doritos del restaurante Tepuy Burger (Alicante) o con jarabe Dalsy de Mönkey Food (Sevilla).
Del lado bueno del recetario moderno se encuentra este local del distrito de Arganzuela especializado en donuts veganos y bagels. En el número 2 de la Plaza de la Beata María Ana de Jesús (entre las estaciones de Delicias y Legazpi) se emplaza un local de fachada de comercio tradicional que responde a Bite Me. Esta cafetería recomendada por la guía vegana Happy Cow cuenta con un llamativa vitrina itinerante, pues cada semana hay un "halo" nuevo (así le denominan a sus donuts).
Donuts de autor
Presentes desde 2018, este obrador con ganas de expandirse sirve donuts, bagels, cafés y zumos naturales en un ambiente distendido y acogedor. Bite Me es el proyecto de una pareja de ambos lados del charco, canadiense-madrileña, por eso en la carta también se cuelan los bagels (lo más parecido al primo salado del dónut).
Los donuts son la joya de la corona. Hechos en la casa, al igual que los bagels, suponen una opción de desayuno y merienda plant-based del que puede disfrutar todo tipo de comensal. Además de la elaboración artesanal, la creatividad es algo que los define pues cada semana hay un "halo" nuevo.
Vainilla, chocolate y canela con azúcar (2,50€/unidad). Sabores clásicos de un exquisita sencillez no faltan en la carta pero dejan lugar a otros más contundentes y extravagantes como el "Copacabana", relleno de crema pastelera de fruta de la pasión con glaseado de mango por un precio de 4€; el "Onion Maple Bacon", un guiño a los desayunos norteamericanos por 3,50€ o; el "Pizza Roll", un donut salado por 4,50€.
El hecho de esa carta itinerante y los productos "sorpresa" (o sea, una tómbola porque no se sabe qué relleno tiene hasta que se prueba) es un componente de enganche de clientela y un aspecto que le da un toque personal y de mimo a lo que podrías ser cualquier cafetería.