La Navidad es un festividad en la que la familia se suele reunir, cenar juntos y ponerse al día. Hay hogares en los que hermanos, primos y tíos pasan más tiempo juntos en estas comidas que en el resto del año, por lo que es una fecha importante del calendario.

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Sin embargo, estar tanto tiempo con algunos de los miembros de tu familia puede ocasionar también ciertos problemas. Las discusiones pueden darse en este tipo de reuniones al sacar ciertos temas polémicos y rencillas del pasado.

Las disputas con los cuñados (o los suegros) suelen ser las más comunes, pues en ocasiones no se tiene demasiado en común con ellos y de las discrepancias más tontas pueden surgir los problemas más graves. Por ello, hay diferentes temas que hay que evitar tratar a toda costa para tener la fiesta en paz.

Política

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Tres elecciones diferentes en un año, coaliciones imposibles, nuevos partidos... Las tertulias políticas en la mesa suelen aparecer a menudo, pero son una de las charlas a evitar. En ocasiones, un sencillo comentario desemboca en todo un intercambio de ideas políticas, y es conveniente cortar estos debates antes de que vayan a más.

En el día a día, quizá evitas juntarte con conocidos que tienen ideas contrarias a las tuyas, o a lo mejor eres más selectivo con las amistades. Pero la familia no se elige y, por mucho que no estés de acuerdo en la forma de hacer gobierno que tiene en mente tu cuñado, ninguno va a solucionar nada ni a cambiar de idea a lo largo de la cena. Por ello, es mejor dejar la política fuera de la mesa y continuar pelando gambas en silencio.

Feminismo

El feminismo abarca muchos temas diferentes: leyes, juicios, casos concretos de muchas mujeres. Es una idea muy necesaria, pero a veces, puede haber discrepancias con la forma de entender esta idea.

Como con la política, en muchas ocasiones es complicado llegar a un entendimiento con alguien con quien, de base, no se está de acuerdo. Por ello, es mejor dejar el tema aparcado, pues es difícil hacer entender a algunos cuñados que el feminismo no es lo contrario al machismo.

Religión

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La tríada de las discusiones es la religión, un tema que, junto a la política y el feminismo, es uno de los más comunes en las cenas de Navidad más acaloradas. Cada uno con sus creencias, y Dios con las de todos, se podría decir. Pero no.

Ateos, agnósticos, cristianos... Da igual si se cree en Dios o no, si se es católico o musulmán. La unión de la familia es lo más importante en estas fechas y, para disfrutar de ella, hay que dejar los debates religiosos aparte.

Fútbol

EFE

Quizá no te guste el deporte y esta no sea una discusión que te vaya a suponer un problema, pero, si sí eres seguidor de un equipo de fútbol, este es un tema a evitar.

Real Madrid o Barcelona, Betis o Sevilla, Messi o Cristiano Ronaldo, los diferentes fichajes, el uso del VAR... Muchos son los aspectos del deporte estrella que pueden ocasionar una guerra en la mesa. ¿Qué más da? No somos nosotros los que tenemos que correr detrás de la pelota, así que mejor centrarse en la familia y dejar el fútbol a un lado.

Cataluña

EFE

Independencia, Quim Torra, Puigdemont, el juicio del 'procés', los manifestantes... Cataluña tiene múltiples temas que están muy de actualidad y que es conveniente dejar a un lado.

Puede haber comensales que no vean el conflicto del mismo modo que tú, y esto puede ocasionar diferentes problemas en la cena. Al final, como en la mayoría de casos, estos problemas no se van a arreglar discutiendo en la mesa, por lo que es mejor apartarlos del menú.

Otros temas banales

Aparte de estos asuntos, a simple vista, más serios y comunes, hay otros más sencillos que pueden llegar a desembocar en problemas mayores durante estas Navidades.

Los temas de televisión como la relación de Adara, Gianmarco y Hugo Sierra; el fanatismo merecido o no de Rosalía; la polémica sobre el hombre que metió algo en el bombo de la Lotería de Navidad; el conflicto popular de si la década acaba en 2019 o en 2020...

Y otro de los temas más recurrentes cada año: la calidad de la comida y la bebida. "Un amigo me trae un vino a mitad de precio que tiene más sabor que este", podría comentarte uno de tus familiares esta Navidad. "Déjame que corte yo el jamón, que se me da mejor", podría decir también tu cuñado.

La clave para evitar todos estos temas es hacerse inmune a este tipo de comentarios, o 'cuñadismos', como se suelen llamar y seguirles la corriente para tener la fiesta en paz. De este modo, se pueden tener una Navidad idílica.