Los efectos del confinamiento por la pandemia del coronavirus no solo se ven reflejados en las personas, sino también en las mascotas. El cambio drástico de hábitos ha supuesto un impacto también en sus rutinas diarias. En el caso de los perros, aunque les está permitido bajar a la calle para hacer sus necesidades, tienen la movilidad más restringida a la zona más próxima a casa, y deben evitar el distanciamiento con otros perros.

Big Poppa, un bulldog que vive en Atlanta junto a su dueña, Rae Elle, es uno de los muchos ejemplos de cómo la cuarentena también afecta a las mascotas. La joven ha mostrado en Twitter una fotografía del animal en el balcón, sentado en el suelo y observando, cabizbajo, la calle.

"Big Poppa ha estado muy triste hoy, creo que echa de menos jugar con los niños del vecindario. Ahora solo los observa desde el balcón", escribió Rae Elle el pasado 22 de abril en la red social.

Su dueña también ha compartido otras imágenes de su mascota, echada sobre su nueva cama que le compró durante la cuarentena, y que le encanta aunque le queda pequeña.

La imagen del bulldog no tardó en hacerse viral y enterneció a muchos usuarios, que le enviaron mensajes de cariño y apoyo.

"Abraza a ese perro de mi parte", "aguanta, Big Poppa" o "puedes con ello, Big Poppa", son solo algunos ejemplos del ánimo enviado por muchos en Twitter, mientras que otros que también tienen perro han compartido que sus mascotas están teniendo el mismo comportamiento que Big Poppa.