¿Hay algo mejor que estar tomando el sol tumbado en el césped y divisar el entuerto entre un cuervo y un zorro? Bueno, mejor dicho, ¿hay algo más curioso?
Las imágenes fueron grabadas por Mia Burns, una veinteañera que paseaba por la plaza De Beauvoir en Hackney Londres: "Pensé que parecía muy mono y lo estaba grabando, y mientras grababa el cuervo se acercó desde el otro lado del parque", comentaba Mia.
"El zorro solo estaba siendo paciente, el sol estaba brillando sobre el zorro y estaba tomando el sol", pero justo ahí es cuando el ave entra en acción.
De forma sigilosa, como quien camina de puntillas a medianoche, el cuervo comienza a picarle el trasero provocando el hartazgo del mamífero.
Cual pesado moscardón en el mes de agosto, repite su acción durante numerosas veces con el único objetivo de interrumpir el agradable y placentero descanso del cánido.
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